El Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) ha diseñado 88 plataformas marinas y 235 plantas industriales. Ahora, impulsa inteligencia artificial, biocombustibles y nuevas cadenas de valor para acompañar la reconfiguración de Pemex y la transición energética.
En un momento en que México redefine su modelo energético, el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) no solo se mantiene vigente: se reinventa como un actor clave en la transición tecnológica, ambiental y operativa del sector. Así lo dejó claro su directora general, Dra. Elizabeth Mar Juárez, durante el Foro LARPET 2025, donde presentó una visión renovada del papel del instituto en la era post-fósil.
“Pemex acaba de cambiar su estructura y debemos ser un espejo. Nos tenemos que reorganizar”, afirmó, en referencia a la reciente reestructuración de la petrolera estatal.
El IMP no parte de cero. En sus 58 años de historia, ha diseñado:
Este legado técnico, detallado por el Ing. Arturo R. Rosales, director de Ingeniería y Servicios del IMP, se complementa con una capacidad instalada de 1.2 millones de horas-hombre anuales de ingeniería, y un software propio para diseño y simulación de procesos.
Más allá de la infraestructura, el IMP está apostando por tecnologías emergentes. La Dra. Mar Juárez anunció el desarrollo de una plataforma de inteligencia artificial aplicada a la refinación, que permitirá optimizar procesos, reducir emisiones y anticipar fallas operativas.
Además, el instituto ya produce biocombustibles y trabaja en nuevas cadenas de valor, como se analizó en este artículo sobre Pemex y energías limpias, donde se destaca el papel del IMP como brazo técnico de la petrolera en su transición hacia fuentes más sostenibles.
El IMP no solo diseña infraestructura: acompaña la estrategia energética nacional. Está presente en toda la cadena de valor —upstream, midstream y downstream— y participa en proyectos clave como:
Estas capacidades son fundamentales para que México reduzca su dependencia de combustibles importados y fortalezca su infraestructura de almacenamiento estratégico, como el proyecto en cavernas subterráneas en Tamaulipas.
El IMP también ha fortalecido su red de colaboración con el sector privado. Como se documentó en esta alianza estratégica, el instituto participa en proyectos offshore junto a Cotemar y EBSE, aportando su experiencia en diseño de plataformas y sistemas de producción en aguas someras.
Estas alianzas permiten al IMP mantenerse competitivo, atraer talento joven y transferir conocimiento a nuevas generaciones de ingenieros.
El Instituto Mexicano del Petróleo está demostrando que la ingeniería no es solo técnica: es estrategia, innovación y visión de país. En un entorno donde la transición energética exige soluciones híbridas —entre lo fósil y lo renovable, lo público y lo privado, lo nacional y lo global—, el IMP se posiciona como el puente entre el legado petrolero y el futuro sostenible.
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