Marcelo Ebrard, secretario de Economía, viaja a Washington para una nueva ronda de negociaciones con EE.UU. por los aranceles impuestos por Trump. Te contamos los detalles clave y lo que esto significa para México.
Marcelo Ebrard, secretario de Economía de México, emprende su cuarta visita a Estados Unidos en lo que parece ser una carrera contra el tiempo. Su misión: negociar los aranceles del 25% que impuso el expresidente Donald Trump a los productos mexicanos, y que están programados para entrar en vigor el 2 de abril de 2025.
En esta nueva ronda de conversaciones, Ebrard se reunirá con dos figuras clave: Howard Lutnick, secretario de Comercio de EE.UU., y Jamieson Greer, titular de la Oficina del Representante Comercial (USTR, por sus siglas en inglés). Estas negociaciones no son solo un tema de economía, sino también de diplomacia y estrategia política, especialmente en un contexto donde México busca mantener su posición como uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos.
Los aranceles impuestos por Trump no son un tema nuevo, pero sí uno que ha evolucionado con el tiempo. Aunque el expresidente suspendió los aranceles para los productos que se importan bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), extendió el plazo para el resto de los productos mexicanos hasta el 2 de abril de 2025. Además, ese mismo día entrarán en vigor los aranceles recíprocos que Trump impuso a todos los países del mundo, lo que añade presión a las negociaciones.
Ebrard ha dejado claro que México no actuará de manera impulsiva. En sus propias palabras, se manejará con “sangre fría” y firmeza, buscando obtener condiciones más favorables que las de otros países. Esto no es casualidad: México y Estados Unidos comparten una integración económica excepcional, con un intercambio comercial que supera los 600 mil millones de dólares anuales.
Durante su participación en la conferencia mañanera del 20 de marzo de 2025, Ebrard se enlazó de manera remota con la presidenta Claudia Sheinbaum. Ahí confirmó que estaba por salir rumbo a Washington D.C. para continuar las conversaciones.
Sheinbaum, por su parte, mencionó que México esperará hasta el 2 de abril para evaluar una posible respuesta comercial contra Estados Unidos. Esta postura refleja un equilibrio entre la diplomacia y la defensa de los intereses nacionales, algo que ha caracterizado a la administración actual.
Aunque el panorama parece complicado, hay razones para ser optimistas. México tiene varias cartas bajo la manga:
Integración económica: La relación comercial entre ambos países es tan estrecha que cualquier medida drástica podría afectar a ambos lados de la frontera.
T-MEC: Este tratado ha servido como un escudo parcial contra los aranceles, y su marco legal podría ser clave en las negociaciones.
Diplomacia estratégica: Ebrard ha demostrado ser un negociador hábil, capaz de manejar situaciones complejas con tacto y firmeza.
Sin embargo, no todo es color de rosa. Los aranceles del 25% podrían tener un impacto significativo en sectores clave de la economía mexicana, como el automotriz, el agrícola y el manufacturero. Por eso, estas negociaciones no son solo un tema de política exterior, sino también de protección al empleo y al crecimiento económico.
Mientras Ebrard y su equipo trabajan en Washington, los ojos de México y el mundo estarán puestos en los resultados de estas negociaciones. Lo que está claro es que el 2 de abril de 2025 será una fecha crucial, no solo para México, sino para la relación comercial entre ambos países.
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