Infórmate sobre las intensas negociaciones entre México y EE. UU. que buscan evitar un tarifazo al acero y aluminio, y cómo este enfrentamiento podría impactar la economía nacional.
La presidenta Claudia Sheinbaum arrancó su conferencia matutina de este viernes 7 de marzo de 2025 con un tema que tiene en vilo a más de uno: los aranceles del 25 por ciento que el presidente estadounidense Donald Trump amagó con aplicar a las exportaciones de acero y aluminio mexicanas. Aunque el anuncio reciente aplazó la entrada en vigor de estas tarifas hasta el 2 de abril, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, dejó clarito que no podemos cantar victoria todavía.
El funcionario subrayó que México sigue dándole vueltas a las negociaciones con Estados Unidos para garantizar que no nos caiga encima ese tarifazo. Explicó que hay que:
Ebrard dejó ver que el aplazamiento de los aranceles no significa un cheque en blanco, sino más bien una tregua temporal que puede terminar en cualquier momento. Por eso mismo, recomendó mantener la calma y no prender alarmas prematuras. De aquí al 2 de abril, la pelota está en la cancha diplomática y el plan es que México y Estados Unidos alcancen un acuerdo razonable.
Por otro lado, la presidenta Sheinbaum, tras tener una conversación telefónica con Trump, señaló que los productos cubiertos por el T-MEC se libran de la tarifa, al menos mientras dura esta pausa. Su mensaje fue conciliador, pero no triunfalista, enfatizando que una relación comercial sana se construye con negociación y buena voluntad, no con amenazas ni bravuconadas.
Cabe recordar que el mandatario estadounidense puso sobre la mesa estos aranceles el martes 4 de marzo para dos de sus principales socios: Canadá y México. Sin embargo, el caso mexicano tuvo un giro brusco con la llamada que Sheinbaum sostuvo con Trump, donde se acordó la suspensión provisional de los impuestos hasta el 2 de abril. La cuestión es que si no se logra una salida definitiva, podríamos revivir viejas tensiones que ponen nerviosos a los inversionistas y a los grandes exportadores de acero y aluminio.
En pocas palabras, la bolita sigue rodando. Si México logra sellar un acuerdo fuerte con la Casa Blanca, el susto puede quedar en anécdota; pero si no, la industria metalúrgica podría ser el primer frente de una tormenta comercial. Hay que ver cómo se desarrolla este juego de ajedrez diplomático, en el que cada pieza que mueva el gobierno mexicano definirá qué tan caro nos puede salir que Trump decida volver a la carga con sus tarifas.
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