Desaparece la Agencia Espacial Mexicana: ¿Avance o retroceso en la ciencia nacional?

La reciente disolución de la AEM y su integración en la ATDT genera debate sobre el futuro de la exploración espacial en México.

Desaparece la Agencia Espacial Mexicana: ¿Avance o retroceso en la ciencia nacional?

La Agencia Espacial Mexicana (AEM) está en el ojo del huracán tras la renuncia de su director, Salvador Landeros Ayala, quien dejó su cargo el 24 de enero de 2025. En su carta de dimisión dirigida a la presidenta Claudia Sheinbaum, Landeros expresó su descontento por la falta de apoyo presupuestal y administrativo hacia la AEM, señalando que "no se le ha dado la importancia que merece".

La situación se complica con la creación de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT), anunciada en noviembre de 2024, cuya misión es digitalizar trámites y mejorar la eficiencia gubernamental. La ATDT ha absorbido las funciones de la AEM y del Sistema Satelital Mexicano (MEXSAT) mediante la formación de la Dirección General Satelital, argumentando que esta integración fortalecerá las capacidades espaciales del país.

Sin embargo, esta decisión ha generado controversia. Rodolfo Neri Vela, el primer astronauta mexicano, ya había advertido sobre la posible desaparición de la AEM y cuestionó los motivos detrás de esta medida.

Además, Landeros afirmó que fue informado de la desaparición de la AEM, lo que considera "desafortunado por todo el trabajo que costó crearla".

La ATDT, por su parte, ha anunciado el lanzamiento de un satélite de telecomunicaciones en órbita geoestacionaria para sustituir y complementar los servicios actuales del satélite Bicentenario, con el objetivo de mejorar la seguridad nacional y la inclusión digital.

Esta reestructuración ha generado un debate sobre el futuro de la exploración espacial en México y la prioridad que se le otorga a la ciencia y la tecnología en la agenda gubernamental. Mientras algunos ven en la ATDT una oportunidad para modernizar y unificar esfuerzos, otros lamentan la posible pérdida de una institución dedicada exclusivamente al desarrollo espacial.

La comunidad científica y tecnológica del país está a la expectativa de cómo se desarrollarán estos cambios y cuál será el impacto real en el avance espacial de México. La pregunta en el aire es si esta transformación representará un paso adelante o un retroceso en la carrera espacial mexicana.

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