La banca local prepara una inyección histórica de capital para proyectos solares y eólicos. Te contamos cómo esto podría cambiar el futuro energético de México.
Si México quiere dejar de depender de los combustibles fósiles, necesita más que buenas intenciones: necesita dinero contante y sonante. Y parece que los bancos locales están dispuestos a poner la tarjeta. Alejandro De la Vega Solórzano, director de Banca Corporativa de Banco Multiva, reveló que el sector financiero prepara una cartera de 10,000 millones de dólares para proyectos de energía renovable, principalmente solares y eólicos. La razón: un nuevo marco regulatorio que, tras años de incertidumbre, abre la puerta a inversiones privadas.
Durante su participación en un foro del IMEF, De la Vega detalló que este financiamiento permitiría instalar hasta 6.4 Gigawatts de capacidad energética, suficiente para abastecer a 4 millones de hogares. Pero ahí no para la cosa: si se suman proyectos de generación distribuida (como paneles en techos de casas y fábricas), la cifra podría dispararse a 12.4 Gigawatts. “Es como si tuviéramos un billete de lotería premiado, pero necesitamos rasparlo bien”, comparó el ejecutivo, refiriéndose al potencial de México para alcanzar 70 Gigawatts en renovables gracias a su riqueza natural.
El detonante es claro: la publicación de reglamentos secundarios antes del verano, que darían certidumbre a inversionistas. “Entre 2013 y 2018 vivimos un boom tras la reforma energética. Hoy, con reglas claras, el apetito regresa”, afirmó De la Vega. De hecho, Multiva ya financia sus primeros proyectos de generación distribuida, esos que permiten a una empresa instalar paneles solares y vender el excedente a la CFE.
Aunque el panorama brilla, hay nubes en el horizonte. Los bancos tendrán que diseñar créditos más flexibles, incluyendo líneas puente para proyectos sin contratos de compraventa asegurados. Además, deberán mapear con lupa los nodos de interconexión para evitar saturar la red, un problema que ya ha retrasado parques eólicos en Oaxaca. “Es como construir un edificio de 20 pisos sin revisar si las tuberías aguantarán”, advirtió el directivo.
Este impulso financiero podría ser el salvavidas para los compromisos climáticos de México. El país necesita llegar a 35% de energía limpia en 2024 (meta que incumplió) y 43% en 2030. Con los 6.4 Gigawatts propuestos, se daría un paso firme, pero insuficiente. “Es como cuando te piden vender 100 coches y logras 80: no está mal, pero el gobierno debería apuntar más alto”, admitió De la Vega.
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