Los nuevos aranceles de EE.UU. a 14 países asiáticos podrían alterar el comercio de hidrocarburos y acero, afectando precios y rutas clave.
La nueva ofensiva arancelaria del presidente Donald Trump contra 14 países asiáticos, incluyendo Japón, Corea del Sur, Indonesia y Tailandia, amenaza con reconfigurar los flujos comerciales de petróleo, gas natural licuado (GNL) y acero en toda la cuenca del Pacífico, según analistas de S&P Global Commodity Insights.
Los aranceles, que entrarán en vigor el 1 de agosto y podrían alcanzar hasta el 40%, han generado una ola de incertidumbre en los mercados energéticos. Corea del Sur, principal proveedor de combustible para aviones a EE.UU., exportó 4.46 millones de barriles en mayo, el volumen más alto desde 2021. Las refinerías surcoreanas temen que los productos petrolíferos no queden exentos, lo que afectaría directamente a la costa oeste estadounidense (PADD 5), ya presionada por el cierre programado de refinerías como Benicia y Los Ángeles.
En paralelo, Japón e Indonesia han iniciado canales diplomáticos para evitar la imposición de tarifas, mientras que Tailandia y Corea del Sur evalúan aumentar sus importaciones de GNL estadounidense como moneda de negociación para reducir sus superávits comerciales con Washington.
En el sector siderúrgico, el golpe es igual de severo. Las exportaciones de acero de China a los países afectados representaron el 30% del total entre enero y mayo. Con una demanda interna debilitada por la crisis inmobiliaria, las exportaciones son vitales para la industria china. Sin embargo, los analistas prevén que los volúmenes caerán en la segunda mitad del año, tras el frenesí de envíos anticipados entre marzo y junio.
Los precios del acero asiático ya muestran señales de debilidad. El índice Platts HRC SS400 CFR del sudeste asiático se ubicó en 447 $/mt, un 22.7% más bajo que a inicios de 2024. En contraste, el índice Platts JKM para GNL en Asia subió a 12.619 $/MMBtu, su nivel más alto desde junio, reflejando la tensión en el mercado energético.
El impacto logístico también es considerable. El costo de flete para un buque cisterna entre Corea del Sur y EE.UU. cayó a 1.715 millones de dólares, el más bajo desde junio, lo que sugiere una ralentización anticipada del comercio.
Mientras tanto, la administración Trump ha dejado abierta la puerta a negociaciones bilaterales, pero mantiene su postura de que los aranceles son necesarios para “proteger la industria nacional y corregir desequilibrios históricos”.
Con el reloj en cuenta regresiva hacia el 1 de agosto, los mercados energéticos y siderúrgicos del Pacífico se preparan para una reconfiguración forzada, cuyas consecuencias podrían extenderse mucho más allá de las tarifas.
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