La desaparición del IFT reacomoda el tablero de las telecomunicaciones en México. Ahora, tres nuevas instancias –la Agencia de Transformación Digital, la SICT y el organismo antimonopolios de la Secretaría de Economía– se repartirán las tareas. Este cambio promete modernizar la regulación, aunque no está exento de dudas sobre coordinación y eficacia.
Ciudad de México, 16 de diciembre de 2024 – En un movimiento que está dando de qué hablar en todo el gremio, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) se prepara para su despedida. La presidencia anunció que, una vez publicada la legislación secundaria, el IFT dejará de existir como el regulador único del sector. Sus atribuciones se repartirán entre tres dependencias:
Por un lado, la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, una entidad de nueva creación que asumirá la batuta en las cuestiones técnicas y digitales; en segundo lugar, la Secretaría de Economía recibirá un organismo antimonopolios que se encargará de vigilar la competencia, tarea antes compartida entre el IFT y la Cofece; y finalmente, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) recuperará el mando en temas de concesiones y radios comunitarias.
Esta reestructuración surge tras la reforma constitucional en materia de simplificación orgánica, que no solo contempla la desaparición del IFT, sino también de otros seis organismos autónomos. La presidenta Claudia Sheinbaum defendió la medida señalando que se busca una administración más ágil, con menos duplicidades. Sin embargo, en los pasillos de la industria de las telecomunicaciones se escuchan murmullos de incertidumbre: ¿Habrá claridad en la transición? ¿Se evitarán los choques entre dependencias?
Aunque aún falta que se publiquen las leyes secundarias para delinear las nuevas funciones de cada entidad, el reloj ya está corriendo. A 180 días de la promulgación de estas normas, el IFT se extinguirá formalmente, dejando una huella compleja: pasar de un regulador único a un esquema fragmentado que promete agilidad, pero podría generar confusión.
Ahora, la lupa está sobre el gobierno, las nuevas agencias y secretarías: tendrán que demostrar que esta jugada realmente facilita la vida a los actores del sector y, sobre todo, a los consumidores mexicanos, quienes esperan mejores servicios, más competencia y transparencia en el panorama de las telecomunicaciones.
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