La Secretaría de Economía ha suspendido temporalmente su proyecto de regulación para el comercio electrónico en México tras recibir críticas de cámaras empresariales. ¿Es esta medida en favor de los consumidores o de las grandes plataformas?
La Secretaría de Economía ha suspendido temporalmente su proyecto de regulación para importaciones de e-commerce en México. Esta decisión, tomada en respuesta a las demandas de diversas cámaras empresariales, plantea preguntas críticas sobre el impacto real de estas medidas en la protección al consumidor, la equidad del mercado y la trazabilidad de productos importados.
Este proyecto de regulación buscaba imponer controles en las importaciones mediante plataformas de comercio electrónico, limitando los envíos a 10 por destinatario al mes y asegurando que las mercancías importadas cumplieran con las Normas Oficiales Mexicanas (NOM). No obstante, tanto la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) como la Confederación de Asociaciones de Agentes Aduanales de la República Mexicana (CAAAREM) plantearon objeciones contundentes, destacando que el proyecto generaría desventajas competitivas para los importadores tradicionales y que su enfoque sobre la trazabilidad era deficiente.
ANTAD y CAAAREM argumentaron que la medida no reflejaba un compromiso real con la protección del consumidor y que, además, dejaba brechas en la trazabilidad, favoreciendo a importadores mediante plataformas digitales. Esta normativa hubiera obligado a los importadores de e-commerce a registrar detalladamente la información de los productos y su origen, pero en opinión de la ANTAD, “se deja en desventaja” a los negocios tradicionales frente a plataformas internacionales como Shein y Temu, que utilizan el procedimiento de importación simplificado para sortear contribuciones fiscales y regulaciones de trazabilidad. Por su parte, la CAAAREM señaló que este vacío podría fomentar abusos en las operaciones simplificadas, y afecta a los agentes aduanales y al mercado formal en general.
El cuestionamiento principal radica en si esta propuesta responde adecuadamente a los intereses de los consumidores mexicanos. La falta de regulaciones estrictas en e-commerce ha llevado a una competencia desleal para empresas nacionales y, al mismo tiempo, ha creado un entorno donde los consumidores enfrentan productos sin garantías de cumplimiento de NOM, poniendo en riesgo su seguridad. Las medidas propuestas para el comercio electrónico incluían aspectos cruciales como la exhibición de información comercial, y la trazabilidad de mercancías. Sin embargo, la naturaleza simplificada del proceso para e-commerce impide que las mercancías cumplan con el mismo control riguroso aplicado a las importaciones tradicionales.
La industria de e-commerce en México ha crecido aceleradamente, y su regulación enfrenta desafíos como la evasión de impuestos y la importación de mercancías a través del esquema "de minimis". Este esquema permite la entrada de productos con un valor menor a 2,500 dólares sin la necesidad de fracciones arancelarias específicas, lo cual representa una oportunidad de comercio pero también de elusión fiscal, afectando la economía formal.
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