El aumento en la producción nacional de gas natural no solo busca reducir la dependencia de importaciones, sino abrir nuevas fuentes de ingresos para Pemex, fortalecer la soberanía energética y reactivar la industria petroquímica.
En medio de una estrategia nacional para reducir la dependencia energética, Pemex ha puesto el foco en el gas natural. Más allá de garantizar el suministro eléctrico, el aumento en la producción de este combustible representa una oportunidad concreta de ingresos para la empresa estatal, según el Plan Estratégico 2025–2030.
En una sala de control del Complejo Procesador de Gas (CPG) de Poza Rica, los monitores muestran cifras ascendentes. “Cada pie cúbico que procesamos aquí es menos gas que compramos afuera”, comenta Alonso Romero, especialista en energía. “Pero también es más valor para Pemex, más insumo para la petroquímica, más soberanía para el país”.
En 2024, México importó 6,666 millones de pies cúbicos diarios, lo que representa 74% de la oferta nacional. Estados Unidos sigue siendo el principal proveedor. Pero Pemex busca revertir esa tendencia con proyectos clave como Ixachi, Quesqui, Bakte, Lakach, Burgos y Veracruz, además de desarrollos en aguas profundas como Exploratus, Cratos, Kunah, Piklis y Doctus.
La meta para 2025 es alcanzar 3,993 millones de pies cúbicos diarios, y en 2026 subir a 4,756 millones, manteniendo ese nivel hasta 2035. Aunque los yacimientos actuales tienden a declinar, el impulso vendrá de contratos mixtos con inversión privada, que podrían aportar hasta un millón de pies cúbicos diarios adicionales.
Romero subraya que el gas natural no solo sirve para generar electricidad. “Es clave en procesos petroquímicos, en fertilizantes, en plásticos. Aumentar la base de consumo nacional fortalece la economía y la soberanía energética”.
Pemex también busca recuperar la capacidad de proceso en los CPG, reducir la quema de gas y maximizar la captura del recurso. Estas acciones forman parte de una visión más amplia del Estado para consolidar la seguridad energética del país.
El gas natural ya no es solo una fuente de energía. Es una herramienta estratégica para Pemex, una vía de ingresos, y una pieza clave en el rompecabezas de la soberanía energética mexicana.
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