La marca Pemex llegó a 7,359 estaciones y 49.8% del mercado. Qué hay detrás del avance, cuándo conviene convertirte de marca y cómo cambia la competencia por plaza.
La marca Pemex cerró agosto con 7,359 estaciones y una participación nacional de 49.8%. El avance es gradual —93 sitios más que a fines de 2024—, pero relevante: consolida una estrategia de retorno de marca basada en condiciones comerciales por volumen, cobertura logística y una narrativa de “confianza” para el empresario. La pregunta ya no es si Pemex recupera terreno, sino cómo se mueven los márgenes y la competencia por plaza.
Qué hay detrás del 49.8%. La expansión no es explosiva, es sostenida. Sumó puntos en plazas donde la logística de suministro y la densidad vehicular permiten rotación alta. El gancho son esquemas comerciales (bonos/descansos por volumen, soporte de imagen y abastecimiento) y la promesa de estabilidad de marca frente a ciclos de precio incómodos. Para el operador, la señal es clara: la franquicia vuelve a ser un ancla en zonas con presión competitiva.
La foto competitiva. Casi la mitad del país es Pemex; la otra mitad es un mosaico de marcas con propuestas diferenciadas (programas de lealtad, aditivos, tiendas y servicios). El equilibrio se definirá por tres palancas: (1) costos logísticos por región, (2) disciplina en calidad y control volumétrico, y (3) experiencia de compra (flujo de andén, medios de pago, lealtad). Donde las brechas operativas son pequeñas, la marca pesa; donde el diferencial de servicio es grande, gana la operación.
¿Quedarte, convertirte o diversificar?
Quedarte con tu marca si tus márgenes netos y tu NPS local superan el promedio de la zona y tienes anclas (flotillas, tiendas fuertes, convenios).
Convertirte a Pemex si tu punto depende de rotación y te convienen bonos por volumen + exposición de marca; asumirás gobernanza de imagen más estricta.
Diversificar (multi-site/multi-marca) si operas corredores distintos: balanceas riesgo de suministro, programas de lealtad y mix de tiendas.
Impacto en el consumidor. Más Pemex no implica precios homogéneos. Los corredores con competencia densa mantienen diferenciales por estación. Para el automovilista, la regla sigue siendo: elegir corredor y estación por histórico de precio y flujo, no por marca a secas.
Riesgos y pendientes. La carrera de participación convive con filtros más duros de verificación: precintos intactos, constancias de calibración, respaldos exportables de volumétrico y bitácoras firmadas. En un entorno de inspecciones más frecuentes, la diferencia entre vender más y cerrar por sellos es la disciplina diaria en piso.
El 49.8% no es un punto final; es un piso de disputa. Pemex logró que el empresario vuelva a mirar su franquicia como vehículo de estabilidad. La respuesta del resto del mercado no será solo precio: será excelencia operativa, servicio y lealtad. Ahí se jugará la segunda mitad.
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