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Con ingresos que pasaron de 20 mdp a 1,288 mdp en cinco años, la industria satelital se consolida gracias a contratos con CFE Telecom e Internet para Todos. Starlink, Globalsat y Stargroup lideran la conectividad remota, pero la presidenta Claudia Sheinbaum planea lanzar un satélite mexicano para reducir la dependencia extranjera. Conoce los detalles de esta carrera por conectar hasta el último rincón del país.
Ciudad de México, 10 de enero de 2025 – Un solo vistazo a las cifras basta para ver que la industria satelital en México está en plena efervescencia: sus ingresos pasaron de 20 millones de pesos en 2018 a cerca de 1,288 millones al cierre de 2023, según datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). ¿La razón principal? El auge de proyectos de conectividad impulsados por el gobierno federal, que han firmado millonarios contratos con empresas como Starlink, Globalsat y Stargroup para llevar internet a zonas remotas y así reducir la brecha digital.
Starlink, la firma de Elon Musk, es la que más reflectores se ha llevado. De los acuerdos conseguidos con la paraestatal CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos, uno solamente alcanza un valor mínimo de 778.0 millones de pesos y un máximo de 1,556.0 millones, con vigencia hasta el 31 de diciembre de 2026. No obstante, Globalsat y Stargroup también han olfateado oportunidades: han tejido alianzas y ganado contratos —aunque sin detallar montos— para acercar su capacidad satelital al proyecto de conectividad nacional. La apuesta es contundente: dotar de internet, por vía satelital, a rincones que tradicionalmente quedaban incomunicados.
Sin embargo, en la otra cara de la moneda, el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum no quiere quedarse atado de manos ante los gigantes foráneos. La mandataria adelantó que su administración pretende lanzar un satélite 100% mexicano para reforzar la independencia y la seguridad en materia de comunicaciones. Según fuentes de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, esta idea todavía está en pañales y no hay un presupuesto definido, aunque se perfila como uno de los proyectos insignia de la nueva gestión.
Para Jorge Moreno Loza, abogado especializado en telecomunicaciones, la idea de poner un satélite mexicano en órbita resulta atractiva, pero conllevaría inversiones colosales. Aun así, destaca que la conectividad satelital es un habilitador que toca todos los sectores del país: educación, salud, agricultura y, por supuesto, la agenda de seguridad y defensa.
Mientras la decisión oficial se materializa, las empresas satelitales se frotan las manos. El gobierno federal y CFE Telecom siguen firmando convenios millonarios, y con ello, la industria satelital demuestra ser una pieza vital en la conectividad de México. A fin de cuentas, si la nación quiere llevar internet hasta el último rincón, tendrá que seguir subiéndose a la constelación de satélites, sean extranjeros… o uno nacional.
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Periodista, especialista en estrategia digital y transformación de negocios, con amplia experiencia en el sector público y privado.
