México acelera hacia la electromovilidad, pero las gasolineras enfrentan una carrera contra el tiempo: infraestructura cara, desconfianza regional y regulación opaca. ¿Podrán reinventarse?
Mientras los autos eléctricos ganan terreno en México —con ventas que crecieron un 48% en 2023 según la AMIA—, las estaciones de servicio enfrentan un dilema existencial: modernizarse o volverse obsoletas. El país avanza, pero no todas las gasolineras corren a la misma velocidad.
Ozbaldo Treviño, gerente de EMAGAS, lo resume así: "Es como querer cambiar las llantas de un coche en movimiento. Si no te subes al ritmo, te quedas viendo cómo otros pasan la meta".
Instalar un cargador rápido para autos eléctricos cuesta entre $300,000 y $1.5 millones de pesos, sin contar la infraestructura eléctrica. Para muchas gasolineras —sobre todo en estados como Chiapas o Oaxaca, donde el 15% de las comunidades no tienen luz estable—, esto es un muro infranqueable.
Además, la falta de claridad en las normas complica el panorama. "No hay un manual de instrucciones. Algunas empresas instalan cargadores sin saber si cumplirán con futuras regulaciones".
Las estaciones que ya dieron el salto —como las de la cadena G500 en Nuevo León y Jalisco— no solo ofrecen carga eléctrica. Han convertido sus espacios en "paradas tecnológicas" con cafeterías, wifi gratis y paneles solares. "Ya no vendemos gasolina; vendemos tiempo y experiencia", comenta un empleado.
La apuesta es clara: según la International Energy Agency, México necesitará 50,000 cargadores públicos para 2030. Hoy solo hay 2,300, y el 60% está en CDMX, Monterrey y Guadalajara.
En comunidades como San Juan Cancuc, Chiapas, las gasolineras tradicionales aún son el único acceso a combustible. "Aquí no hay postes de luz, menos cargadores. Si llega un eléctrico, ¿qué hacemos? ¿Jalarle con burros?", bromea José Luis un dueño de estación local.
Treviño insiste en que la solución está en la colaboración público-privada: "Imagina que el gobierno pone la red eléctrica y las empresas los cargadores. Es como armar un rompecabezas donde cada quien pone su pieza".
Para usuarios: Cargar un auto eléctrico cuesta hoy $150-300 pesos, similar a un tanque de gasolina promedio.
Para gasolineras: La inversión tarda 3-5 años en recuperarse, según la ANPACT.
Aunque el gobierno promete incentivos fiscales —como parte de la Ley de Transición Energética—, muchos empresarios esperan ver "dinero contante y sonante" antes de arriesgarse.
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