México frena en seco: la red eléctrica no aguanta una ola de autos eléctricos

Expertos revelan que la infraestructura eléctrica mexicana está lejos de soportar la llegada masiva de vehículos eléctricos. ¿Está el país condenado a quedarse en el pasado energético?

México frena en seco: la red eléctrica no aguanta una ola de autos eléctricos

México tiene un pie en el acelerador de la movilidad sostenible, pero el otro sigue atorado en una red eléctrica obsoleta. Durante el webinar “Lecciones del apagón de España y altas temperaturas”, organizado por Factor Eléctrico, especialistas encendieron las alarmas: el país no está listo para la masificación de autos eléctricos, y el problema no son los coches, sino los cables.

Idally Pedraza, de Grupo Mictlán, lo resumió sin rodeos: “Primero, lo primero: hay que fortalecer la infraestructura. No podemos electrificar el parque vehicular si no garantizamos que la luz no se irá a media carga”. La advertencia no es menor. Mientras países como Noruega o Alemania avanzan hacia la descarbonización, México podría quedarse estancado por un sistema que, según Fernando Girón de Grupo Dragón, opera con opacidad.

Apagones fantasma y datos que desaparecen

Girón reveló un dato preocupante: el CENACE (Centro Nacional de Control de Energía) ha dejado de publicar reportes operativos, lo que impide identificar las zonas críticas que requieren inversión urgente. “Es como manejar con los ojos vendados”, comparó. Esta falta de transparencia se suma a los cambios regulatorios que, según los expertos, han creado un clima de incertidumbre para los inversionistas.

El fantasma del apagón español —donde una tormenta perfecta de alta demanda y fallas técnicas dejó a media península a oscuras— planea sobre México. “No estamos exentos de un colapso similar”, advirtió Francisco Treviño de Acclaim Energy. Su receta: microrredes y generación distribuida, sistemas locales que podrían actuar como salvavidas ante fallas masivas.

Tres claves para evitar el desastre

  1. Robustecer la red: Invertir en líneas de transmisión y distribución para evitar cuellos de botella.

  2. Priorizar cargas críticas: Como hospitales y refinerías, siguiendo modelos internacionales.

  3. Certidumbre legal: Sin reglas claras, las inversiones en energías limpias seguirán frenadas.

Pedraza fue más allá: “Necesitamos un esquema de alimentación prioritaria, como el que ya usan países con redes maduras. Si no, cada electrolinera será un parche, no una solución”.

El dilema de los autos que nadie podrá cargar

La ironía es cruel: mientras la Ley de Movilidad Eléctrica promueve incentivos fiscales para comprar coches cero emisiones, la realidad es que enchufarlos podría volverse un lujo. “En zonas como el norte, donde las redes ya están al límite, un aumento abrupto de la demanda por electrolineras podría colapsar el sistema”, explicó Treviño.

Y el problema no es solo técnico, sino jurídico. La Reforma Eléctrica, en lugar de atraer inversiones, ha espantado a empresas que podrían modernizar la red. “Sin claridad, nadie arriesgará capital en un mercado que cambia las reglas cada sexenio”, sentenció Girón.

Los expertos coinciden: México debe actuar ya si no quiere perder la carrera energética. Mientras ciudades como CDMX impulsan programas piloto de transporte eléctrico, el resto del país sigue anclado a combustibles fósiles por una simple razón: la luz no alcanza.

¿Te interesa el futuro energético de México? En AI Regula Solutions analizamos los cambios que definirán el mañana. ¡Comenta! ¿Crees que el gobierno debería priorizar la red eléctrica sobre los subsidios a autos eléctricos?

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