La Embajada de EE.UU. reveló que petróleo robado en México es exportado, refinado en Texas y reingresado como combustible legal. El esquema involucra crimen organizado y empresas fachada.
El huachicol ya no es sólo un problema doméstico. Esta semana, la Embajada de Estados Unidos en México reveló que el petróleo robado en territorio mexicano está siendo exportado ilegalmente a Texas (se va de mojado, otro indocumentado en Estados Unidos), donde se refina en instalaciones estadounidenses y luego regresa al país como combustible aparentemente legítimo.
En un video publicado en la red social X, la representación diplomática detalló el esquema: cárteles criminales transportan crudo mexicano por ductos o camiones hacia Texas, donde intermediarios lo legalizan y lo venden a refinerías. Una vez procesado, el producto regresa a México oculto o mal etiquetado, utilizando documentos falsos y empresas fachada para pasar por las aduanas sin levantar sospechas.
El combustible termina en gasolineras mexicanas, donde se comercializa como si fuera legal. “Detrás de cada litro ilegal hay evasión fiscal, corrupción y violencia financiada”, advirtió la Embajada. El esquema representa una industria multimillonaria que beneficia directamente al crimen organizado, incluyendo grupos como el Cártel del Golfo y el Cártel Jalisco Nueva Generación, según alertas del Departamento del Tesoro de EE.UU.
La Red de Control de Delitos Financieros estadounidense ha detectado que pequeñas empresas del sector energético en la frontera norte están siendo utilizadas como pantalla para contrabandear crudo robado a Pemex. El producto no sólo se comercializa en México y Estados Unidos, sino también en Japón, India y otros mercados internacionales, lo que revela la escala global del tráfico energético ilegal.
En México, la Organización Nacional de Expendedores de Petrolíferos (Onexpo) estima que uno de cada tres litros de combustible que se venden en el país tiene origen ilícito. El impacto fiscal es brutal: el erario pierde 56 millones de pesos diarios sólo por tomas clandestinas, sin contar el huachicol fiscal ni las mezclas ilegales.
La Embajada subrayó que México y Estados Unidos están coordinando operativos en puertos y aduanas, sancionando empresas y bancos vinculados, y desarrollando nuevos mecanismos de trazabilidad para frenar el flujo de crudo robado. “Lo que antes era una promesa política, hoy comienza a recibir la atención y respuesta que exige”, señaló el consultor energético Marcial Díaz Ibarra.
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