Guía premium con los plazos, entregables y responsabilidades que exige el nuevo Acuerdo de la CNE para tarifas reguladas de transmisión. Un checklist práctico para áreas de regulación, finanzas y cumplimiento que buscan evitar riesgos y entregar la información a tiempo.
El nuevo Acuerdo de la Comisión Nacional de Energía (CNE) sobre Tarifas Reguladas de Transmisión ya está publicado. La metodología existe, el marco está definido y el mensaje es claro: la pelota ahora está del lado del transportista y de quienes dependen de esa red.
En el artículo ancla de esta serie explicamos el mapa general del acuerdo: fundamentos legales, sujetos obligados, componentes del cálculo y riesgos. En el artículo anterior bajamos al detalle del Ingreso Requerido: de qué se compone y cómo se construye numéricamente.
Este texto se enfoca en otra pregunta clave:
¿Qué tengo que entregar, cuándo, y qué pasa si no lo hago a tiempo?
No es un tema menor. La CNE construye tarifas a partir de información que tú le das. Si esa información llega tarde, incompleta o mal armada, la autoridad tiene margen para ajustar, requerir más datos o, en el peor de los casos, avanzar con una fotografía que no te conviene.
Este checklist busca convertir el Acuerdo en un calendario operativo para tus equipos de regulación, finanzas, contabilidad y cumplimiento.
El error más común es empezar a correr cuando llega el oficio o cuando se abre formalmente la ventana para entregar la Información Regulatoria de Costos y Activos (IRC). A esas alturas ya vas tarde.
Antes de hablar de fechas, el primer bloque del checklist es interno:
Tener contabilidad segmentada para transmisión, separada con claridad del resto de líneas de negocio.
Mapear qué sistemas alimentan la IRC: ERP, sistemas de activos, módulos de deuda, proyectos de inversión, I+D y otros ingresos.
Definir responsables por bloque: OMA, capital, inversiones, I+D, esquemas con terceros, otros ingresos.
Alinear criterios contables con los conceptos del Acuerdo y de los lineamientos de contabilidad regulatoria que la CNE haga suyos.
Si este primer nivel no está resuelto, cualquier fecha que marque el regulador te va a tomar en curva. El acuerdo parte del supuesto de que ya puedes “hablar” en idioma regulatorio; no viene a corregir tu contabilidad, sólo a leerla.
El corazón del calendario es la ventana de entrega de la IRC. Ahí presentas el Año Base que servirá para calcular el Ingreso Requerido del periodo tarifario siguiente.
En la práctica, lo que tienes que tener listo para esa fecha es:
El paquete completo de costos OMA de transmisión, consolidados y conciliados contra estados financieros.
El inventario de activos de transmisión, con valores, antigüedad, vida útil, altas, bajas y reclasificaciones.
La fotografía de tu estructura de capital: deuda, patrimonio y parámetros que alimentan la tasa de retorno.
El detalle de inversiones que quieres que formen parte de la retribución regulatoria, con evidencia de su alineación a la planeación de la red.
Los proyectos de I+D vinculados al servicio público de transmisión.
Los otros ingresos que deban descontarse para evitar sobre–recuperación.
En muchas empresas esto se traduce en un hito tipo “Día IRC”: una fecha específica en el calendario interno donde todo tiene que estar armado, firmado y con trazabilidad. Si lo piensas bien, ese día define buena parte de tu flujo de caja regulado de los años siguientes.
Entregada la IRC, no se acaba el trabajo. Arranca la fase en la que la CNE revisa, cruza y cuestiona tu información. Es el estrés test regulatorio:
El regulador contrasta tus cifras de costos y activos con la metodología, con datos históricos y con otras fuentes oficiales.
Puede detectar inconsistencias entre años, saltos injustificados en OMA, variaciones fuertes de capital o cambios de criterio contable que no se explican solos.
Si encuentra huecos, te formula requerimientos de información adicional. Y ahí el reloj vuelve a correr, pero esta vez con plazos más cortos.
En tu checklist, esta etapa debería estar marcada con recordatorios claros:
Equipo de regulación y finanzas disponible para responder preguntas técnicas.
Documentación de respaldo lista: contratos, pólizas contables, reportes de activos, minutas de aprobación de inversiones.
Capacidad de rehacer escenarios si la autoridad pide ajustes o cambios de clasificación.
El objetivo no es sólo contestar rápido, sino con consistencia. Cada respuesta es una pieza más de la narrativa que el regulador va a aceptar (o no) como base de tus tarifas.
Superada la etapa de revisión, la CNE emite el acto administrativo que fija las Tarifas Reguladas para el Servicio Público de Transmisión de Energía Eléctrica para el periodo correspondiente.
En el calendario del transportista este hito es crítico por varias razones:
Marca el inicio del periodo tarifario, con fechas claras de vigencia.
Ancla el Ingreso Requerido y las tarifas por inyección y retiro, por niveles de tensión.
Se convierte en referencia para contratos, presupuestos y proyecciones financieras.
Tu checklist debería incluir, alrededor de la resolución:
Actualizar de inmediato tus modelos internos con las tarifas autorizadas.
Verificar que los sistemas de facturación y liquidación las aplican correctamente.
Revisar impactos en contratos con terceros que tengan cláusulas ligadas a tarifas de transmisión.
Comunicar internamente a todas las áreas clave (planeación, finanzas, operación, jurídico, comercial).
Aunque el acuerdo es técnico, este momento es profundamente político dentro de la empresa: ahí se ve si los meses de preparación, IRC y defensas de información se tradujeron en un IR y en tarifas razonables.
El Acuerdo de la CNE no está diseñado como una foto permanente. La metodología abre espacio a revisiones y ajustes posteriores, tanto por iniciativa del regulador como a solicitud de la transportista.
Tu checklist no puede ignorar esa flexibilidad:
Revisar, con cada corte relevante, si hay cambios estructurales que justifican solicitar una revisión: nuevas inversiones, variaciones fuertes en costos, cambios en el contexto macroeconómico que peguen al Factor de Actualización.
Vigilar si la CNE anuncia procesos de revisión propios o actualizaciones de parámetros (por ejemplo, cambios metodológicos en la tasa de retorno o en la forma de calcular el FA).
Mantener actualizado un expediente vivo de tus argumentos y evidencia en caso de que decidas pedir una modificación tarifaria.
La clave es entender que el Acuerdo crea un ciclo regulatorio continuo: no sólo te evalúa cuando entregas la IRC, sino en cada revisión donde pongas algo nuevo sobre la mesa.
Toda norma tiene un lado oscuro, y éste no es la excepción. Si no cumples con los plazos de información, si entregas datos incompletos o si ignoras requerimientos, la CNE tiene margen para reaccionar.
No se trata sólo de sanciones económicas. También puede:
Ajustar el reconocimiento de costos, inversiones o estructura de capital.
Acotar la retribución a ciertas inversiones si la trazabilidad es débil.
Tomar decisiones con base en información parcial que te deja en peor posición.
Tu checklist debería incluir una sección incómoda pero necesaria:
Identificar los puntos donde históricamente has tenido retrasos o problemas de calidad de datos.
Asociar a cada uno un responsable, un plan de mitigación y un plazo de corrección.
Tener claro qué tipo de incumplimientos activan alertas internas de máximo nivel (dirección general, consejo, órgano interno de control).
El mensaje es simple: el calendario regulatorio también es un mapa de riesgo. Ignorarlo sale caro.
Hasta aquí parece que todo cae sobre hombros humanos: excel, correos, minutas y carreras de último minuto. Pero el tipo de acuerdo que acaba de emitir la CNE es terreno fértil para otro enfoque: automatizar el cumplimiento.
Un checklist inteligente, conectado con tus sistemas, podría:
Tomar fechas clave del acuerdo y transformarlas en alertas automáticas para cada área responsable.
Validar diarios contables, movimientos de activos y registros de inversiones contra las categorías de la IRC.
Simular el Ingreso Requerido con distintos escenarios de costos, FA y estructura de capital, para anticipar cómo se verían tus tarifas antes de entregar la información.
Generar borradores de IRC listos para revisión, en lugar de empezar desde cero cada vez.
Ésa es la apuesta de AI Regula Solutions: usar modelos de IA para que el ciclo regulatorio deje de ser una carrera de bomberos y se convierta en un proceso predecible, trazable y auditable.
En términos sencillos:
IA Regulatoria + Energía = Cumplimiento sin fricción.
Este checklist es la pieza práctica que complementa lo que ya planteaste en la guía de cumplimiento y en el artículo sobre el Ingreso Requerido. A partir de aquí, los siguientes contenidos de la serie podrán entrar a nivel quirúrgico: cómo debe verse una IRC bien hecha, cómo se reflejan estas fechas en el bolsillo de generadores y usuarios calificados, y cómo blindar a tu organización frente a los errores que la CNE ya no va a perdonar.
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