1 hora atrás
4 mins lectura

Transmisión eléctrica: la brecha real del plan 2025–2030 de CFE

Un nuevo análisis estima que CFE requiere US$40–50 mil millones para alcanzar los objetivos de transmisión del sexenio, muy por encima de los US$8,177 millones anunciados. Explicamos la brecha, riesgos de confiabilidad y los instrumentos financieros para cerrarla.

Transmisión eléctrica: la brecha real del plan 2025–2030 de CFE

El Plan de Expansión 2025–2030 presentado por CFE y SENER contempla 275 nuevas líneas y 524 obras en subestaciones con un presupuesto de US$8,177 millones. Sin embargo, al considerar el nearshoring, la llegada de centros de datos, el crecimiento de la demanda industrial y los estándares de reservas operativas, la necesidad real para modernizar y ampliar la Red Nacional de Transmisión (RNT) se acerca a US$40–50 mil millones. La diferencia no es un problema contable: es una brecha de confiabilidad que, si no se cierra, limitará inversiones, encarecerá interrupciones y mantendrá cuellos de botella regionales.

Contexto interno: bases del plan y señales de financiamiento verde en CFE: 64,740 mdp a 112 proyectos (bonos verdes 2025) y la hoja de ruta en Plan de expansión del sistema eléctrico 2025–2030.

5 fuerzas que empujan la demanda

  1. Nearshoring: parques industriales y manufactura intensiva en regiones sin holgura de transmisión.

  2. Centros de datos: cargas concentradas, requerimientos de alta disponibilidad (Tier III/IV) y redundancia N-1/N-2.

  3. Reservas operativas: para sostener el despacho con rampas de ciclos combinados y renovables, se necesitan márgenes y control de flujo de potencia.

  4. Envejecimiento de activos: líneas y equipos que superaron vida útil; mantenimiento “correctivo” sale más caro que reemplazo programado.

  5. Pérdidas técnicas y congestión: cuando una línea trabaja en límite, cambian las trayectorias de flujo y se disparan pérdidas y restricciones.

Nodos críticos y riesgos de servicio

  • Noroeste (BCS–Baja–Sonora): integración renovable + carga industrial; se requieren refuerzos y controladores FACTS para estabilidad de tensión y flujo.

  • Bajío–Occidente (GTO–QRO–JAL): ancla del nearshoring; demanda crece más rápido que la capacidad firme de transmisión.

  • Centro–Altiplano (EDOMEX–HGO–PUE): nodo neurálgico del sistema; cualquier retraso impacta confiabilidad nacional.

  • Golfo–Sureste (Tams–Ver–Tab–Camp): entrada de gasoductos y ciclos combinados; requiere líneas troncales para evacuar generación.

  • Península de Yucatán: sensibilidad a contingencias; proyectos eólicos y solares exigen corredores robustos hacia cargas urbanas y turísticas.

Lectura de apoyo: impactos del marco legal en permisos y cronogramas en Nueva Ley del Sector Eléctrico: riesgos y oportunidades.

¿Cómo cerrar la brecha? Tres instrumentos financieros complementarios

1) Bonos etiquetados (verdes/ESG) con métricas de red

  • Uso de recursos: líneas, subestaciones, reconductorización HTLS, FACTS y digitalización de protección.

  • KPIs: reducción de congestión (horas/año), pérdidas (%), SAIDI/SAIFI y capacidad adicional por corredor.

2) Fibra E 2.0 para transmisión

  • Vehículo con ingresos regulados y política de dividendos estable.

  • Permite co-invertir en paquetes de proyectos por región con gobernanza técnica y mantenimiento multianual.

3) Asociaciones de infraestructura (APP/APA) con cláusulas de desempeño

  • Contratos de disponibilidad y calidad de servicio (penalidades por indisponibilidad y pérdidas).

  • Estructuras off-balance para acelerar la ejecución sin comprometer el ritmo presupuestal.

Complementario: securitización del flujo tarifario de transmisión para proyectos maduros y pipeline de reconductorización (ganancia rápida con menor tramitología que una línea nueva).

Priorización: una cartera mínima viable (CMV) por impacto sistémico

  1. Corredores troncales que conectan generación firme con demanda industrial (anclas de 400/500 kV).

  2. Anillos metropolitanos para ciudades con centros de datos y parques industriales.

  3. Reconductorización HTLS y compensación reactiva donde la huella ya existe.

  4. Digitalización: protección, telecontrol, PMUs y analítica de estado para detección temprana de inestabilidad.

  5. Obras de resiliencia climática: rediseño de vanos críticos, cimentaciones y servidumbres ante eventos extremos.

Indicadores para seguir trimestre a trimestre

  • km de línea energizados / km licitados.

  • MVA adicionales en subestaciones y transformadores.

  • Pérdidas técnicas y horas de congestión por región.

  • SAIDI/SAIFI en nodos industriales y urbanos.

  • Capacidad disponible para centros de datos (MW firmes con redundancia).

  • Porcentaje del CAPEX fondeado vía bonos, Fibra E y APP.

¿Qué significa para la industria y los centros de datos?

  • Certidumbre de conexión: contratos de interconexión y calendarios claros reducen riesgo de capacidad diferida.

  • Costos operativos: menos congestión = menos curtailment y penalizaciones.

  • Estrategia de sitio: elegir ubicaciones con capacidad firme y proyectos de transmisión priorizados mejora el TCO del campus.

Acción para 2025–2026

  • Empresas intensivas: auditar localización y capacidad de evacuación; negociar fechas de puesta en servicio como condición de inversión.

  • Financieras: desarrollar mandatos temáticos para transmisión con metas de impacto (pérdidas, SAIDI/SAIFI, MW adicionales).

  • Gobierno/Regulador: calendario público de hitos de licitación, trazabilidad del CAPEX y tablero de avance trimestral.

Para seguir la pista: efectos de nuevos gasoductos en el despacho y la necesidad de red en el sureste en CFE y Puerta al Sureste: primer pago del gasoducto.

Compartir Post:

Deja un comentario

Todos los campos son obligatorios *