Felipe Calderón propone que México negocie apoyos económicos con Donald Trump para enfrentar los retos del programa 'Quédate en México'.
En medio de un panorama complejo en la relación bilateral entre México y Estados Unidos, el expresidente Felipe Calderón hizo un llamado a la presidenta Claudia Sheinbaum para explorar alternativas de cooperación económica con el gobierno de Donald Trump. Calderón propone un acuerdo similar al establecido entre la Unión Europea (UE) y Turquía, con el objetivo de obtener apoyos financieros que ayuden a mitigar los efectos del programa “Quédate en México”.
El programa “Quédate en México”, conocido oficialmente como Protocolos de Protección al Migrante (MPP, por sus siglas en inglés), obliga a los solicitantes de asilo a permanecer en territorio mexicano mientras esperan la resolución de sus casos en Estados Unidos. Desde su implementación, esta política ha generado una enorme presión sobre México, tanto en términos de infraestructura como en recursos sociales.
La reactivación del programa anunciada por Trump en su regreso a la presidencia implica que México deberá lidiar con un número creciente de migrantes varados en la frontera norte. Esto incluye brindarles seguridad, servicios básicos y oportunidades laborales, en un momento en que los recursos son limitados.
Calderón ha señalado que México debe negociar con Estados Unidos un acuerdo económico similar al establecido entre la UE y Turquía en 2016. Este pacto europeo destinó 6,000 millones de euros para que Turquía gestionara la crisis migratoria derivada de la guerra en Siria. Los fondos se usaron para construir viviendas, mejorar la infraestructura de salud, proveer alimentos y promover empleo para refugiados.
El expresidente destacó que México podría replicar este modelo, asegurando que los recursos sean destinados a mejorar las condiciones de los migrantes mientras permanecen en el país. Esto no solo aliviaría la carga económica para México, sino que también permitiría una gestión más humanitaria y organizada de la crisis migratoria.
Las implicaciones del programa “Quédate en México” son amplias y complejas. La frontera norte ha visto cómo las comunidades locales enfrentan desafíos de seguridad y saturación de servicios. Organismos como Human Rights Watch han criticado el programa, señalando que expone a los migrantes a riesgos de secuestro, extorsión y violencia.
La reactivación de esta política bajo la administración Trump también coincide con medidas más estrictas, como la designación de los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas y la autorización de redadas en hospitales y escuelas. Estas acciones tensan aún más la relación entre ambos países.
Claudia Sheinbaum ha mantenido una postura firme respecto a las políticas migratorias de Trump, reiterando que México defenderá su soberanía y buscará mantener la cooperación sin subordinación. La presidenta también ha subrayado que su gobierno prioriza una política migratoria humanitaria, apoyando a quienes se encuentran en situaciones vulnerables.
Sin embargo, la propuesta de Calderón abre una discusión importante sobre la posibilidad de obtener recursos que permitan a México enfrentar este desafío con mayor efectividad.
Aunque un acuerdo similar al de Turquía con la UE parece una solución prometedora, su implementación no sería sencilla. México tendría que negociar en un marco de respeto mutuo y evitar caer en condiciones desfavorables que afecten su soberanía. Además, se necesitaría una estrategia clara para garantizar que los recursos se utilicen de manera eficiente y transparente.
La experiencia pasada con Trump muestra que las negociaciones pueden ser complicadas y que sus políticas suelen priorizar los intereses estadounidenses. Sin embargo, una postura firme y bien articulada por parte del gobierno mexicano podría abrir la puerta a una colaboración que beneficie a ambas partes.
El desafío migratorio es una realidad que requiere soluciones concretas y cooperativas. Si bien la propuesta de Calderón ofrece una alternativa interesante, su éxito dependerá de la capacidad del gobierno mexicano para negociar y de la voluntad de Estados Unidos para reconocer su responsabilidad compartida en esta problemática. México debe mantenerse firme en la defensa de su soberanía, mientras busca alianzas que promuevan el bienestar de los migrantes y de sus propias comunidades.
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