México Evalúa advierte: Sheinbaum hereda finanzas frágiles

Descubre por qué la organización México Evalúa alerta que el nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum se enfrenta a un escenario fiscal complejo, con poco margen para invertir y un endeudamiento creciente.

México Evalúa advierte: Sheinbaum hereda finanzas frágiles

El informe “Lecciones del sexenio. Desafíos fiscales para Sheinbaum, la herencia de AMLO”, presentado por la organización México Evalúa, pinta un panorama nada alentador para las finanzas públicas de cara al próximo gobierno. De entrada, Jorge Cano, coordinador del programa de gasto público de la organización, soltó una advertencia contundente: el país no está preparado para enfrentar una recesión. La muestra más clara es la situación del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), que en 2019 se utilizó para tapar huecos con 170 mil millones de pesos y hoy apenas suma 97 mil millones. A todas luces, insuficiente para un escenario económico adverso.

Como si eso no bastara, el documento revela que el endeudamiento neto en el sexenio de López Obrador llegó a 7.8% del PIB, una cifra incluso superior al 7.4% que marcó el sexenio de Calderón. Sin embargo, más allá del porcentaje, lo que preocupa es la calidad de esa deuda: antes se empleaba principalmente para inversión, pero en 2024 solo 53% cumplió ese fin, mientras el resto se fue a gasto corriente, lo cual, según los expertos, deja poco margen para proyectos que puedan detonar el desarrollo.

Mariana Campos, directora de México Evalúa, resaltó la posibilidad de un remanente de operación del Banco de México equivalente a 1% del PIB, que podría ayudar a amortiguar golpes externos, como los aranceles estadounidenses. Aun así, subrayó que no es momento de echar las campanas al vuelo ni de endeudarse con prisas, porque el manejo de esos recursos determinará la reacción de las agencias calificadoras y, por ende, la estabilidad financiera del país.

Por si fuera poco, el sector energético sigue siendo un dolor de cabeza. Pemex arrastra pérdidas desde 2019, en buena medida por los subsidios a las gasolinas que suprimen el control de precios. El año pasado, la petrolera estatal le aportó 204 mil millones de pesos al gobierno, pero recibió 177 mil millones en transferencias, dejando un ingreso neto muy limitado. Y si Pemex anda con respirador, menos hay para salud, educación o seguridad. Es decir, la cobija fiscal se hace más corta y no hay modo de estirarla sin generar más pasivos.

Como si fuera la guinda en el pastel, el gasto en pensiones aumentó más que los propios ingresos públicos, obligando a recortes en otras áreas clave. Mientras que las pensiones crecieron en 804 mil millones de pesos, los ingresos se elevaron únicamente 586 mil millones. En román paladino, eso significa un déficit que se cubre con mayor deuda. Al final, Claudia Sheinbaum recibirá un gobierno con un equilibrio frágil, donde cualquier sobresalto externo o interno puede encender alarmas que fuercen recortes más severos o incrementos de deuda.

Campos advierte que el margen para inversión es cada vez menor y que Sheinbaum tendrá que hilar muy fino para sostener la economía sin descuidar los programas sociales y, de ser posible, sin aumentar el endeudamiento. El reto no es cualquier cosa: mantener un balance que evite una tormenta fiscal y, al mismo tiempo, satisfaga las expectativas que deja un sexenio que se comprometió a proteger a los sectores más vulnerables. Así que la nueva administración deberá medir muy bien cada paso, pues no hay colchón para errores costosos.

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