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Sener niega trato discriminatorio a empresas de EE. UU.: contratos mixtos y 'piso parejo' en la mira

Sener niega trato discriminatorio a empresas de EE. UU.: contratos mixtos y 'piso parejo' en la mira

Energía rechaza privilegios a Pemex y CFE; asegura participación privada con contratos mixtos y sin violar el T-MEC.

La Secretaría de Energía salió al paso de las críticas: México —dice— no discrimina a petroleras de Estados Unidos, ni el nuevo marco legal favorece indebidamente a Pemex y CFE. El mensaje busca enfriar la percepción de riesgo regulatorio mientras arrecian los cuestionamientos sobre “trato preferencial” y se asoman, otra vez, los mecanismos del T-MEC en el horizonte. En paralelo, el gobierno coloca los contratos mixtos como prueba de apertura: asociar capital privado con empresas públicas bajo reglas que prometen trazabilidad, métricas de desempeño y repartición de riesgos.

El contexto importa. La conversación no ocurre en el vacío: en Washington crece la presión política para revisar la cancha regulatoria del sector energético mexicano. En México, la respuesta oficial es cursar por dos carriles: certidumbre en el discurso y procedimientos graduales para incorporar inversión privada sin ceder rectoría estatal. Esa es, en esencia, la narrativa que hoy defiende la Sener.

Qué cambia, de verdad, para inversionistas

Más allá de los titulares, lo relevante para operadores y financistas es cómo operan esos contratos mixtos y dónde se sostienen institucionalmente:

  • Objeto y alcance. Permiten coinvertir con Pemex o CFE en activos específicos (upstream selectivo, logística, refinación, cogeneración, modernización de plantas), con metas de producción/eficiencia medibles y cláusulas de desempeño.

  • Gobernanza y métricas. El énfasis está en tableros de costos, disponibilidad (uptime), factores de carga, pérdidas, emisiones y recuperación de inversión; la validación técnica debe alinearse a reguladores y a normas SSPA.

  • Riesgos y pagos. Se migran de “tarifa fija” a esquemas con componentes variables ligados a resultados (rendimientos plafonados), bajo auditorías operativas y ambientales.

  • Transparencia. El talón de Aquiles: el gobierno promete mayor divulgación de anexos técnicos y KPIs; los inversionistas piden detalle de reparto de utilidades, pasivos ambientales y criterios de salida.

Para offtakers y midstream, el matiz no es menor: contratos que ligan desempeño con pagos reducen asimetrías y mejoran bancabilidad si —y solo si— los tableros de desempeño son públicos, auditables y consistentes con prácticas internacionales (medición de metano, inventarios, trazabilidad). Esa es la frontera que el mercado estará observando.

T-MEC: señales, no estruendo

El ángulo comercial es tanto jurídico como político. La postura de Energía sostiene que el marco vigente no vulnera el T-MEC y que cualquier inquietud debe cursarse por los canales del propio tratado. Para las empresas, la lectura pragmática es doble: 1) la ruta de consultas puede reactivarse en cualquier momento si persisten señales de trato desigual, y 2) un expediente limpio (mediciones, content local, cumplimiento ambiental y fiscal) se vuelve ventaja competitiva en cualquier panel.

En corto: hoy no hay panel; mañana podría haberlo si el mercado observa asimetrías materiales en acceso a permisos, despacho o infraestructura. La señal para México es afinar diseño y ejecución de los contratos mixtos; la señal para las empresas es documentar cumplimiento con disciplina.

Qué deberían hacer ahora los actores del sector

  • Plan de elegibilidad. Mapear dónde aplican contratos mixtos por activo, estado de madurez y brecha tecnológica; evaluar si el proyecto es bancable bajo KPIs públicos.

  • Cláusulas críticas. Blindar medición (mediana horaria/día/mes), auditorías independientes, penalidades por incumplimiento y mecanismos de terminación anticipada.

  • Cumplimiento comercial. Alinear expedientes con trazabilidad de hidrocarburos, controles volumétricos, OGMP/metano, y esquemas anticorrupción; todo esto reduce fricción ante eventuales consultas T-MEC.

  • Gestión de riesgos. Modelar escenarios con sensibilidad a tipo de cambio, spreads de refinación, disponibilidad de ductos y costos de capital; los contratos mixtos no sustituyen la diligencia financiera.

Lo que viene

Si el gobierno logra estandarizar plantillas contractuales, publicar KPIs y respetar ventanillas técnicas, los contratos mixtos pueden escalar proyectos hoy detenidos por costo de capital y riesgo regulatorio. Si la transparencia se rezaga, volverán la incertidumbre y las primas de riesgo, con el T-MEC como telón de fondo.

El mercado no pide discursos; pide hojas de términos claras, datos abiertos y árbitros creíbles. Ahí se jugará la confianza en 2026.

FAQ 

¿Los contratos mixtos sustituyen a licitaciones o farmouts previos?
No. Son un carril adicional para coinversión con empresas públicas en activos específicos, con métricas de desempeño y control estatal.

¿Pueden participar compañías de EE. UU. y Canadá?
Sí, si cumplen requisitos técnicos, fiscales y ambientales del proyecto; el reto está en la transparencia de KPIs y reparto de riesgos.

¿Qué riesgo T-MEC ven los analistas?
Que se pruebe trato desigual en permisos, despacho o acceso a infraestructura. La mitigación es ejecución pareja y expedientes auditables.

¿Cómo cambia la bancabilidad de proyectos?
Mejora si los KPIs y flujos están claramente atados a desempeño y si existen auditorías independientes y garantías ejecutables.

¿Qué debo preparar si quiero aplicar a un contrato mixto?
Dossier técnico-financiero, plan SSPA, estrategia de metano, trazabilidad y un modelo de reparto de utilidades con escenarios de estrés.


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