El gobierno publica reglamento que permite contratos mixtos y directos para exploración y extracción, redefiniendo la política energética nacional.
El gobierno federal dio un giro estratégico en la política de hidrocarburos al publicar el Reglamento de la Ley del Sector Hidrocarburos, que habilita mecanismos para que empresas privadas participen en exploración y extracción bajo esquemas mixtos con Pemex o, de manera excepcional, mediante contratos directos con la Secretaría de Energía (Sener). Esta disposición marca un punto de inflexión tras años de restricciones y consolida un marco legal que busca equilibrar soberanía energética, inversión y competitividad.
El reglamento establece tres figuras clave:
Este último punto, contenido en el Artículo 16, abre la posibilidad de que operadores privados gestionen campos petroleros por cuenta propia, siempre bajo supervisión regulatoria y cumpliendo estándares técnicos y ambientales.
La medida responde a dos realidades:
Con este esquema, el gobierno busca atraer inversión privada sin renunciar al control estatal, priorizando campos con reservas probadas y producción rápida para reducir riesgos y acelerar retornos.
Empresas mexicanas como Grupo Carso, Diavaz y Jaguar ya manifestaron interés, junto con jugadores internacionales como Harbour Energy y Sinopec. Se proyecta que los primeros contratos mixtos podrían sumar hasta 69 mil barriles diarios adicionales en 2025 y generar una derrama económica superior a 8 mil millones de dólares en los próximos cinco años.
Este cambio normativo no solo redefine la relación entre Pemex y el capital privado: también envía una señal a los mercados internacionales sobre la disposición de México para flexibilizar su política energética en busca de eficiencia y sostenibilidad. Si se ejecuta con rigor técnico y transparencia, la apertura podría convertirse en un catalizador para revitalizar la exploración, fortalecer la seguridad energética y dinamizar la economía nacional.
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