La presidenta anuncia mesas de diálogo para limpiar el sector: 'Cero corrupción, cero abusos en los surtidores'. ¿Funcionará esta vez?
En una gasolinera de la carretera México-Puebla, una persona grabo con el celular mientras el surtidor marca 40 litros en su tanque de 35. Esta escena cotidiana de desconfianza podría tener los días contados. Hoy, desde Palacio Nacional, Claudia Sheinbaum lanzó un mensaje claro: "No importa si es Pemex o franquicia: operarán con seguridad y sin trampas".
Tras reuniones con empresarios del sector, la presidenta detalló acciones inéditas:
Mesas de diálogo permanentes para simplificar trámites burocráticos que ahogan a estaciones pequeñas.
Asesoría técnica gratuita para cumplir con la NOM-005-SECRE (ese reglamento que muchos dueños ni conocen).
Verificaciones inteligentes: no solo multas, sino apoyo para importadores que cumplen normas de seguridad.
"Queremos orden, no persecución", subrayó Sheinbaum, reconociendo que el 30% de las gasolineras operan en límites regulatorios por desconocimiento, no mala fe.
Mientras hablaba de litros justos, no pudo evitar abordar otro "juego sucio": el cierre abrupto de la frontera ganadera por EE.UU. Tras detectarse un caso de gusano barrenador en Veracruz, México demostró con documentos cómo el Senasica actuó en 72 horas bajo protocolos científicos. "Fue una reacción exagerada", lamentó la mandataria, revelando un patrón preocupante: dobles estándares internacionales que también afectan al sector energético.
El secreto está en el enfoque:
No es solo Pemex: Incluye a todas las marcas (BP, Shell, etc.).
Ataca raíces: Simplifica trámites en lugar de añadir controles.
Ofrece salidas: Asesoría > multas para quienes regularicen.
"Cuando una gasolinera importadora cumple, todos ganamos: empresarios, autoridades y ese padre de familia que merece litros reales", cerró Sheinbaum. La pregunta ahora es si las grandes franquicias y los "huecos legales" permitirán que esta promesa llegue al surtidor.
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