Pemex redefine su juego en la Región Norte de México

La petrolera nacional busca rescatar el valor oculto de sus campos maduros en el norte del país, con una estrategia que prioriza rentabilidad, eficiencia fiscal y alianzas externas.

Pemex redefine su juego en la Región Norte de México

La Región Norte de Pemex, que abarca seis estados y concentra más del 20% de las reservas nacionales, enfrenta un dilema estructural: tiene volumen, pero no rentabilidad. Con 151 asignaciones de extracción bajo su control —la cifra más alta en todo Pemex Exploración y Producción (PEP)—, la región ha sido históricamente un bastión operativo. Sin embargo, la madurez de sus campos, la complejidad geológica de yacimientos como Chicontepec y la presión presupuestal han reducido su atractivo frente a otras regiones.

En respuesta, Pemex ha puesto en marcha una estrategia técnica para reordenar su portafolio en el norte del país. El objetivo: identificar qué asignaciones aún pueden competir por recursos internos, cuáles requieren apoyo externo y cuáles deben ser devueltas o abandonadas.

La estrategia parte de una jerarquización basada en variables clave: producción actual, productividad por pozo, reservas 3P certificadas y número de localizaciones. A partir de esta clasificación, se evaluó la viabilidad económica de cada asignación y se agruparon en seis categorías operativas:

  • Asignaciones prioritarias para desarrollo, que requieren actualización de modelos y planes.
  • Asignaciones para mantenimiento a la base, con producción relevante pero sin nuevas oportunidades.
  • Asignaciones para casos de negocio, con potencial pero sin recursos asignados, candidatas a esquemas de coinversión.
  • Asignaciones para reducción de área, que podrían mejorar su rentabilidad si se optimiza su extensión fiscal.
  • Asignaciones que destruyen valor, cuyo impacto negativo debe ser evaluado para decidir su abandono o conservación.
  • Asignaciones para abandono, sin producción ni oportunidad de desarrollo, que deben iniciar su proceso de cierre técnico y regulatorio.

Este enfoque no solo busca eficiencia operativa, sino también fiscal. La reducción de áreas improductivas puede traducirse en menores pagos de derechos superficiales y de extracción, sin comprometer la integridad del sistema de producción. Además, se plantea la posibilidad de atraer inversión privada o alianzas técnicas para campos que, aunque rentables, no alcanzan prioridad en el presupuesto de PEP.

El rediseño estratégico fue presentado por el ingeniero Manuel Soto Meneses en el Congreso Mexicano del Petróleo (CMP), como parte de los trabajos del Centro Estratégico de Recursos del Norte (CERN) de la Gerencia de Planeación Estratégica de Pemex. El estudio también propone fortalecer la colaboración con el área de exploración para jerarquizar localizaciones dentro de asignaciones tipo A, e incluso solicitar nuevas asignaciones exploratorias si se justifica técnicamente.

En un entorno de precios volátiles, presión fiscal y competencia interna por recursos, la Región Norte ya no puede operar bajo la lógica de volumen. El nuevo enfoque busca extraer valor donde aún lo hay, y cerrar con orden donde ya no lo hay. Pemex, al menos en el norte, está dejando atrás la inercia.

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