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Inversiones récord en transición energética: ¿avance real o brecha creciente?

La transición energética alcanzó USD 2.4 billones en 2024, pero la concentración en economías avanzadas amenaza la meta global.

Inversiones récord en transición energética: ¿avance real o brecha creciente?

La transición energética alcanzó un nuevo hito: 2.4 billones de dólares invertidos en 2024, un aumento del 20% respecto al promedio de los últimos dos años. Sin embargo, detrás de esta cifra histórica se esconde una realidad preocupante: el crecimiento anual de renovables se desaceleró drásticamente, pasando de 32% en 2023 a solo 7.3% en 2024. El reto no es la falta de capital, sino su distribución: 90% de los recursos se concentran en economías avanzadas y China, dejando atrás a países emergentes que enfrentan costos altos, mercados financieros débiles y vulnerabilidad fiscal.

Radiografía del capital: dónde fluye y dónde no

  • USD 807 mil millones se dirigieron a tecnologías renovables, principalmente solar fotovoltaica, que marcó récord con USD 554 mil millones (+49%).
  • 96% de las inversiones se enfocaron en el sector eléctrico: generación, redes y almacenamiento.
  • La manufactura de tecnologías críticas (solar, eólica, baterías, hidrógeno) cayó 21%, salvo baterías, que casi duplicaron inversión hasta USD 74 mil millones por la demanda de almacenamiento en redes y vehículos eléctricos.

El riesgo de una transición desigual

La dependencia de deuda a tasas de mercado (casi 50% del financiamiento) y la escasez de capital concesional agravan la brecha. Sin mecanismos de mitigación de riesgo y cooperación multilateral, los países en desarrollo seguirán rezagados, comprometiendo la meta global de triplicar capacidad renovable para 2030. La concentración no solo es injusta: es ineficiente, porque limita la diversificación de cadenas de suministro y la seguridad energética global.

¿Qué implica para América Latina y México?

La región enfrenta una oportunidad estratégica: atraer inversión mediante políticas claras, garantías públicas y alianzas tecnológicas. México, con su potencial solar y eólico, debe acelerar la creación de marcos regulatorios que reduzcan incertidumbre y habiliten financiamiento mixto. Sin ello, la transición será parcial y la competitividad energética quedará comprometida.

Más allá del capital: cooperación y tecnología

El futuro pasa por joint ventures, transferencia tecnológica y cadenas de valor regionales. La transición no puede depender solo de economías avanzadas; requiere un diseño inclusivo que combine inversión, innovación y sostenibilidad social.


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