Descubre cómo el nuevo Decreto IMMEX protege 400 mil empleos en la industria textil mexicana y fomenta la competitividad económica frente al comercio internacional.
El reciente anteproyecto de decreto propuesto por la Secretaría de Economía introduce cambios significativos en la Tarifa de la Ley de los Impuestos Generales de Importación y Exportación, así como en el Decreto para el Fomento de la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación (IMMEX). Estas modificaciones buscan fortalecer la industria textil y de confección mexicana frente a las desigualdades comerciales internacionales, protegiendo 400 mil empleos y fomentando la competitividad económica del país.
De acuerdo con el documento, la regulación plantea:
Eliminación de 302 fracciones arancelarias del Anexo II del Decreto IMMEX relacionadas con confecciones terminadas.
Inclusión de estas fracciones en el Anexo I, prohibiendo su importación temporal bajo el programa IMMEX.
Establecimiento de aranceles temporales del 35% a 138 fracciones arancelarias de confecciones y del 15% a 17 fracciones de textiles.
Además, la presidenta Claudia Sheinbaum ya firmó el decreto esta mañana en la conferencia matutina, aunque sorprendentemente en la CONAMER aún no hay dictamen al respecto.
Suscribió la Presidenta Claudia Sheinbaum decreto que establece arancel de 35% a 138 fracciones arancelarias (textiles y confección) y la limitación de la importación temporal para textiles( IMMEX)Con ello se protegen 400 mil empleos y una competencia económica justa . pic.twitter.com/CMkT2zvgs7
— Marcelo Ebrard C. (@m_ebrard) December 19, 2024
Esto pone en duda el propósito del proceso regulatorio y plantea preguntas sobre la importancia real de la consulta pública en este caso. ¿La decisión ya estaba tomada?
La medida responde al incumplimiento de obligaciones de retorno establecidas en el Decreto IMMEX, donde sólo el 36% de las mercancías de confección importadas temporalmente fueron retornadas en 2024. Este incumplimiento afecta la competitividad de la industria nacional y propicia prácticas de contrabando técnico.
Por ejemplo, de enero a septiembre de 2024, se importaron 1,124 millones de piezas confeccionadas bajo el esquema IMMEX, pero solo se retornaron 821 millones, dejando un déficit significativo.
Además, se destaca el impacto de precios bajos de productos provenientes de países sin tratados de libre comercio, que compiten deslealmente con la producción nacional.
Protección de empleos: La regulación busca garantizar la estabilidad laboral de 400 mil trabajadores en el sector textil y de confección.
Competitividad: Al establecer aranceles a productos terminados, se fomenta el uso de insumos nacionales y se nivela el terreno competitivo.
Reducción de contrabando técnico: Las medidas disminuyen las posibilidades de elusión fiscal y prácticas desleales.
Incremento en la producción local.
Fomento de la formalidad empresarial.
Estabilidad económica en comunidades dependientes del sector.
La Secretaría de Economía asegura que la medida no genera costos de cumplimiento adicionales para los particulares, ya que no crea nuevas obligaciones ni modifica trámites existentes.
Este anteproyecto representa un esfuerzo significativo para proteger y fortalecer la industria textil y de confección mexicana, promoviendo la soberanía económica y la equidad en el comercio internacional. Sin embargo, su éxito dependerá de una implementación eficaz y de la colaboración entre los sectores público y privado. Además, es crucial que las decisiones regulatorias sean transparentes y respeten los procesos establecidos, algo que parece haber quedado en entredicho con la prematura firma del decreto.
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