La CMIC espera una colaboración público-privada robusta en infraestructura durante el próximo sexenio bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum. Analizamos el impacto y las expectativas de esta colaboración.
Ciudad de México, 10 de julio de 2024 – La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) expresó su confianza en una significativa inversión pública-privada en infraestructura durante el próximo sexenio, liderado por Claudia Sheinbaum. Según Luis Méndez Jaled, presidente de la CMIC, la nueva administración tiene un "plan muy ambicioso" de desarrollo de infraestructura, con una mayor participación de sus agremiados, algo que no se vio en los últimos cinco años debido a la competencia del Ejército y la reducción de presupuestos federales.
Méndez Jaled destacó la intención de la CMIC de estrechar la relación con el equipo de transición para asegurar una inversión estratégica. Según él, la futura Presidenta de México no es una política convencional, sino una profesional con un Doctorado en Ingeniería Energética y una vasta experiencia en investigación, lo que promete un enfoque integral en temas de infraestructura, mejora regulatoria y sostenibilidad.
Plan de Infraestructura:
"Es imperativo fortalecer la inversión pública y privada en el sector energético para enfrentar los retos y oportunidades actuales como el nearshoring."
Luis Méndez Jaled
¿Esto sirve de algo? A pesar de las promesas de inversión, es crucial cuestionar si realmente se materializarán en beneficios tangibles para los ciudadanos y empresarios. La historia reciente ha mostrado una falta de colaboración efectiva entre el sector público y privado en infraestructura.
Beneficios percibidos ¿Realmente los ciudadanos y empresarios se beneficiarán? La CMIC debe asegurar que la inversión no solo se anuncie, sino que se ejecute de manera transparente y efectiva. La experiencia pasada nos enseña que las promesas deben convertirse en acciones concretas para que los beneficios sean visibles y sostenibles.
La expectativa de la CMIC sobre una mayor inversión pública-privada en el próximo sexenio es un paso positivo. Sin embargo, la verdadera prueba será ver si estas promesas se convierten en realidades que beneficien a la economía y a los ciudadanos. La transparencia, la efectividad y la colaboración serán clave para el éxito de estos proyectos.
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