Trump sacude el comercio: aranceles de 25% a México y Canadá

Descubre cómo la decisión de Donald Trump de imponer aranceles del 25% a las importaciones de México y Canadá puede repercutir en tu bolsillo y qué acciones estratégicas puedes tomar para sortear esta tormenta comercial.

Trump sacude el comercio: aranceles de 25% a México y Canadá

No, no es broma ni exageración: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que este sábado 1 de febrero arranca con un arancel del 25% a los productos que llegan de México y Canadá. Y como si eso no fuera suficiente, aún está en el aire la duda de si el petróleo también se llevará su tajada de este posible nuevo impuesto. ¿Será que el inquilino de la Casa Blanca anda con todo para “castigar” a sus vecinos?

La escena se puso tensa cuando Trump, desde la mismísima Oficina Oval, soltó:

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“Anunciaremos los aranceles sobre Canadá y México por varias razones. La primera es la gente que ha llegado a nuestro país de manera tan horrible. La segunda es el fentanilo y, en tercer lugar, los subsidios masivos que otorgamos en forma de déficit.”
Por Trump

Así, tal cual, sin vueltas ni rodeos. El republicano apuntó a la migración, al tráfico de drogas y a lo que él llama un déficit comercial injusto. Según sus cálculos, el 25% es la “receta” infalible para equilibrar la balanza… o, como dicen por ahí, para poner a temblar más de una economía. No es poca cosa si pensamos que a México y Canadá les vende tanto como les compra, aunque en su versión de los hechos, Estados Unidos sale perdiendo.

Ahora, ¿y el petróleo qué? El magnate de cabellos dorados se mostró indeciso sobre si este combustible entrará al “combo” de sanciones:

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“Probablemente esta noche tomaremos la decisión en relación con el petróleo, porque nos envían petróleo… Ya veremos si nos tratan adecuadamente.”
Por Trump

Las declaraciones de Trump, obviamente, cayeron como balde de agua fría en los mercados. El peso mexicano reaccionó en friega: de un toquecito de 20.40 pesos por dólar, se disparó a 20.73 en apenas unos minutos, mientras que el dólar canadiense también sentía el apretón. Muchos analistas creen que esta volatilidad va a seguir como una montaña rusa, sobre todo si la Casa Blanca concreta ese “25% o más” a las importaciones del crudo canadiense y mexicano, que no es cualquier cosita, pues ambos países son los mayores proveedores de petróleo para Estados Unidos.

Además, Howard Lutnick, nominado a secretario de Comercio, aseguró hace unos días que si México y Canadá tomaban “medidas contundentes” contra el narcotráfico, los aranceles iniciales podrían frenarse. Pero para el presidente, eso ya es tema de otra galaxia. A su juicio, las cosas están tan mal que no hay más remedio. Así lo dijo, con esa firmeza característica que lo ha posicionado entre los mandatarios más polémicos del orbe.

Mientras tanto, del otro lado de la frontera, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, salió al quite afirmando que “no cree” que esto se haga realidad tan pronto; sin embargo, también reconoció que su gobierno trae “un plan emergente” bajo el brazo, por si Washington cumple su amenaza. No es para menos: un golpe arancelario de ese calibre podría desatar presiones económicas y comerciales muy fuertes para sus socios en América del Norte.

Pero eso no es todo. Trump, que no se anda con sutilezas, advirtió sobre aranceles a China del 10% –o quién sabe si más–, también por el tema del fentanilo. Asegura que el gigante asiático “manda” esa droga sintética a Estados Unidos y con ello causa “cientos de miles de muertes”. Y por si fuera poco, amenazó con sancionar a los países que no acepten vuelos de deportación de migrantes indocumentados. Vaya paquete que se está armando.

Por lo pronto, el precio del petróleo anda tambaleándose: el West Texas Intermediate (WTI) subió un poquito y luego bajó, como quien se echa un clavado y sale a la superficie para respirar, pendiente de cualquier noticia que salga de la boca de Trump. El mercado internacional también está volteando a ver la próxima reunión de la OPEP+, programada para el 3 de febrero, porque ahí se decidirán los planes de producción que podrían arrastrar aún más la volatilidad de los precios.

En suma, no pinta nada sencillo el escenario. Trump insiste en que el déficit con sus vecinos es “enorme” y que la entrada de fentanilo y migrantes irregulares lo tiene hasta la coronilla. Muchos se preguntan si esto es una táctica de presión o si de verdad veremos, a partir de este fin de semana, un aumento drástico en los aranceles. Habrá que esperar las próximas horas para saber si el petróleo se salva del “cobro” o termina en la misma canasta del 25%.

Lo cierto es que Estados Unidos, Canadá y México están al filo de la navaja con este tire y afloje comercial. Falta ver si las amenazas de la Casa Blanca se cumplen y, de ser así, qué acciones se tomarán en respuesta. Por ahora, no hay que echar las campanas al vuelo: en política y comercio, lo mismo que en el béisbol, no se puede cantar victoria hasta el último out.

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