Nemak evalúa mudar autopartes de México a EU ante aranceles

Descubre por qué Nemak, el gigante de autopartes de aluminio, considera cambiar parte de su producción a Estados Unidos si los aranceles de Trump impactan los costos, y cómo esto sacude la industria automotriz de Norteamérica.

Nemak evalúa mudar autopartes de México a EU ante aranceles

Mientras los rumores sobre aranceles de Donald Trump mantienen en vilo a la industria automotriz de México, Nemak, el gigante productor de componentes de aluminio para autos, no descarta mover parte de su producción de autopartes desde territorio mexicano hasta Estados Unidos… si las cosas se ponen complicadas y, sobre todo, si tiene sentido económico hacerlo. Con lo polémico de la amenaza, esta declaración despierta un viejo fantasma: ¿acaso se fracturaría la cadena de valor norteamericana que tantos beneficios ha traído a la industria?

Armando Tamez, director general de Nemak, señaló ante analistas que, por ahora, no hay pánico; confía en que México y Estados Unidos lleguen a un acuerdo que evite un gran golpe arancelario. Sin embargo, no tira el ancla por completo: “Tenemos capacidad limitada en Estados Unidos, pero si tuviéramos que mover cualquier volumen de México hacia allá, habrá que ver las cuentas. El costo de hacer negocios al norte del Río Bravo no es nada barato”, dijo con un tono más pragmático que alarmista.

El directivo puso sobre la mesa que la firma ya habla con sus clientes —entre ellos, gigantes como General Motors, Ford, Audi y Stellantis— para que, en caso de que los aranceles entren en vigor, el precio de los productos se ajuste y no recaiga en la espalda de Nemak. “No estamos dispuestos a absorber costos que van más allá de lo pactado; tendrán que ajustarse los contratos o pagar los aranceles, si es que se concretan”, enfatizó.

¿Qué hay detrás del caos arancelario?

El exmandatario Trump lleva tiempo amagando con un 25% a todo lo que venga de México, incluido el petróleo y los componentes automotrices. Para Tamez, el impacto de esa maniobra sería “tremendo” no sólo para Nemak, sino también para toda la cadena de suministro, pues se estima que México exporta alrededor de 150 mil millones de dólares en piezas automotrices a Estados Unidos. Y mover la operación de un lugar a otro no es una decisión que se tome de la noche a la mañana: “el Capex requerido sería muy grande y convendría quizá más pagar aranceles que desmantelar plantas enteras.”

Mientras la industria aguarda si la amenaza se convierte en realidad, Nemak se mantiene estable: es el fabricante independiente más grande en Estados Unidos para producir culatas, bloques de motor y estructuras de aluminio para vehículos de combustión y eléctricos. Con seis plantas en territorio estadounidense —entre Tennessee, Kentucky, Alabama y Wisconsin—, la empresa está lista para una reubicación parcial si fuera imperativa. Pero lo harían sólo si las matemáticas salen, dejando entrever la eterna disputa entre la conveniencia económica y la presión política.

¿Saldrá Trump con su 25%? ¿Se desmoronará la integración automotriz de Norteamérica? ¿Nemak terminará desarraigando su producción y la mano de obra mexicana pagará los platos rotos? La industria seguirá en suspenso. Por ahora, la empresa advierte: no se aceptarán costos extras sin que alguien más los pague. Y con la geopolítica agitándose, la partida apenas inicia.

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