Descubre cómo la PROFECO actualiza las multas y montos de operación para 2025 sin meter nuevos cargos ni complicar trámites. Un ajuste obligado por la ley para mantener a raya los abusos, sin vaciar tu cartera ni ponerte contra la pared.
¿A poco no te ha pasado que, de la noche a la mañana, todo sube de precio? Ni el atole que te echas por la mañana se salva. Bueno, pues la PROFECO no se queda atrás y ya soltó la sopa: publicó un acuerdo para actualizar los montos de operaciones y las multas que se aplican bajo la Ley Federal de Protección al Consumidor para el 2025. O sea, una especie de ‘ajuste por inflación’ para que la ley no se quede en la época de las tortillas a peso.
Pero antes de que te infartes, hay que aclarar algunas cosas. Dicen que este acuerdo no va a generar costos pa’l ciudadano de a pie. ¿Cómo es eso? Pues resulta que no están inventando multas nuevas ni metiéndote la mano al bolsillo; sólo están afinando la puntería para que las multas vigentes no se queden chiquitas frente a la inflación. Como cuando ajustas la corbata para que no se vea chueca.
Según el artículo 129 BIS de la Ley Federal de Protección al Consumidor, la PROFECO debe mover el tapete cada año, revisando y actualizando los montos de las multas y operaciones. La idea es que las sanciones conserven su mordida y no se vuelvan puro cuento. Nadie quiere multas descafeinadas que a las empresas mañosas les salgan más baratas que el estacionamiento.
¿Hay ganchos escondidos? Pues, en teoría no. El texto oficial jura y perjura que no habrá nuevas obligaciones, ni trámites más caros, ni recortes a derechos. Más bien es como cambiar el aceite del coche: la multa sigue siendo la misma, nomás se ajusta para mantener la presión.
En un país donde la inflacioncita nos pega con guante blanco cada año, resulta lógico no dejar estancadas las cifras. Si no se actualizan los montos, las multas se vuelven una caricatura. Aquí la intención es mantener la fuerza de la ley sin cargarle la mano al ciudadano. Claro, habrá quien diga: “¿y el dinero pa’ dónde va?” Bueno, se supone que es parte del sistema que la PROFECO maneja para asegurar que las empresas no abusen. En otras palabras, un recordatorio de “aguas con pasarte de lanza con el consumidor”.
Al final del día, este acuerdo busca que el 2025 no nos agarre dormidos y que las multas sigan siendo una herramienta efectiva, sin convertirlas en un circo de burocracia. Son ajustes, no inventos. Las reglas ya estaban, sólo les dieron una manita de gato.
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