Infonavit estrena reforma: ¿construirá 500 mil casas o puro cuento?

Descubre los cambios que promete el “nuevo” Infonavit, desde construir medio millón de viviendas hasta arrendarlas, y por qué muchos dudan de su transparencia financiera y su verdadera viabilidad.

Infonavit estrena reforma: ¿construirá 500 mil casas o puro cuento?

Tras un proceso legislativo lleno de críticas y forcejeos, la Presidencia de la República publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto que reforma la Ley del Infonavit y la Ley Federal del Trabajo. El discurso oficial presume que con esta reforma se va a construir medio millón de viviendas antes de que termine el sexenio. Sin embargo, no faltan las voces que cuestionan si esto no es puro sueño guajiro, considerando los apuros de dinero que arrastra el gobierno —encabezado originalmente por AMLO y continuado por Sheinbaum— y las broncas de transparencia que rondan esta nueva “empresa filial” que el organismo creará.

Del discurso al papel

La reforma promete que el Instituto ahora podrá “producir” vivienda social y hasta ofrecerla en arrendamiento. Además, se integrará una empresa filial para tales efectos, una figura que algunos tachan de “opaca” porque no será una entidad paraestatal y, por lo tanto, su auditoría queda en entredicho. ¿Pues dónde quedó la supuesta guerra contra la corrupción y la transparencia 4T? Por si fuera poco, no se descarta que la nueva filial se vuelva un barril sin fondo, mientras el Infonavit mete recursos para construir casas que, si fracasan, se convertirán en elefantes blancos financiados con los ahorros de los trabajadores.

Nuevas reglas, nuevos riesgos

La ley publicada en el DOF enumera cambios vitales, como la reducción en el número de integrantes de la Asamblea General y el Consejo de Administración, la desaparición de las direcciones sectoriales y la aparición de un director general con derecho de veto y designado directamente por la Presidencia. Esto suena a un control más férreo del poder, sin mucho contrapeso. Además, la Secretaría de Hacienda y la CNBV, desde su trinchera, vigilarán las finanzas, pero habrá que ver si es suficiente para que el dinero de los trabajadores no se utilice en jugadas arriesgadas.

¿De verdad se construirá medio millón de hogares?

El plan suena tentador: darle a la gente una vivienda digna, como no ha pasado en sexenios anteriores. Pero algunos maliciamos que la urgencia política acabe forzando proyectos mal planeados, sin la infraestructura ni servicios adecuados, y generen fraccionamientos fantasma o casas que nadie usa. A la larga, la promesa de alzarse como “salvadores de la vivienda” se podría topar con la realidad de la mala planeación y el manoseo de recursos.

¡Alquilar con el Infonavit!

Otro giro polémico es que el Infonavit —por medio de su empresa filial— entre al negocio de rentarle la casa al trabajador, algo que han llamado “arrendamiento social”. Es decir, si el trabajador no puede o no quiere comprar, podría arrendar a un costo aparentemente accesible. Pero ojo: de no pagar la renta, el Instituto podrá ejecutar la garantía usando los fondos de la subcuenta de vivienda. ¿Eso no suena a que, si algo sale mal, la persona trabajadora pierde su lana? Sí, lo dijeron: parte de la subcuenta funcionaría como fianza. Si no pagas, te rasuran tus ahorros.

¿Cómo quedarán las aportaciones?

Además, se prohíbe “la actualización del saldo” de los créditos. Lo que suena bien para los deudores, pero ¿no arriesga la solvencia del propio Infonavit? El problema es que la dinámica y el peso inflacionario pueden minar los ingresos del Instituto. Y si a eso le sumamos el fantasma de la nueva filial, ¿quién responderá por los huecos financieros?

Con todo, el “nuevo Infonavit” arrancará. Falta ver si en dos años no lo encontramos en la lista de las obras que no se terminaron o que se convirtieron en un “desfalco” de la famosa 4T. Por lo pronto, la administración Sheinbaum, siguiendo el camino de AMLO, echa las campanas a volar y ofrece la tierra prometida de la vivienda social. Ojalá que esta vez sí le atinen, y no se vuelvan a quedar en otro enredo de populismo y gastos irresponsables.

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