Descubre cómo 19 legisladores demócratas exigen a Donald Trump retirar los aranceles programados contra México y Canadá, argumentando un golpe a cadenas de suministro y al bolsillo de las familias estadounidenses.
Diecinueve legisladores demócratas lanzaron un contundente “no, gracias” a la idea de Donald Trump de fijar aranceles contra México y Canadá. Estos representantes, todos miembros del poderoso Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, pidieron formalmente al mandatario estadounidense que se olvide del plan, el cual ha sido pospuesto hasta el 4 de marzo. Para ellos, la estrategia es nada menos que una “extralimitación descarada del Ejecutivo” que daría un golpe certero a las cadenas de suministro de Norteamérica.
De arranque, apuntan que estos aranceles —si se aplican— pegarían en el bolsillo de las familias promedio de Estados Unidos, con un impacto de más de 1,200 dólares al año en gastos adicionales. Y no se quedan ahí: además de encarecer productos esenciales, advierten que le meterían freno al crecimiento económico. En su carta, los demócratas recuerdan que Trump ha abusado de la autoridad que le otorga la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA), ya que no se consultó ni tantito al Congreso, una posible violación constitucional.
Como quien se hace el harakiri geopolítico, dicen los legisladores, la Casa Blanca pretende castigar con tarifas más elevadas a México y Canadá —socios cercanos que, además, han apoyado los esfuerzos para frenar el fentanilo— mientras que China, con la que hay más tensiones, tendría un trato diferente. “Es absurdo que se amenace a aliados históricos cuando todavía lidiamos con secuelas de la pandemia y necesitamos cadenas de valor fuertes y confiables”, aseguraron.
Para los demócratas firmantes, cargar con aranceles indiscriminados sólo generará costos más altos en comida y productos básicos del hogar. Asimismo, los trabajadores de fábricas, agricultores y pequeños empresarios —que dependen de la interconexión comercial en América del Norte— acabarían pagando los platos rotos. “Amenazar a nuestros vecinos a diestra y siniestra socava la confianza en nuestros acuerdos y merma el liderazgo global de EE.UU.”, enfatizan.
La carta subraya que muchas empresas estadounidenses llevan tiempo reorganizando sus cadenas de suministro para salir de países con condiciones laborales cuestionables, como China, y traer sus operaciones más cerca, en México o Canadá. Eso se logró en parte gracias al T-MEC, que facilita y supervisa el comercio regional. Pero si Trump encaja estos aranceles, advierten, el T-MEC queda en entredicho y la voluntad de los inversores se enfría.
Según los demócratas, este desaire al Congreso y la falta de transparencia son imperdonables. “No ha demostrado cómo estos aranceles crearán empleos bien remunerados ni cómo beneficiarán a los trabajadores estadounidenses”. En su misiva, los 19 representantes piden que cualquier desacuerdo con México y Canadá se resuelva a través de los mecanismos propios del tratado comercial, no mediante amenazas arancelarias que perjudican a la economía regional y lazos diplomáticos. La pelota, pues, está en la cancha de Trump, quien decidirá si sigue con su plan o si escucha la voz de quienes ven en este “tarifazo” una receta para la discordia y la recesión.
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