Descubre cómo el campo Bakté se convierte en un activo estratégico para Pemex, con una producción proyectada que podría aportar el 15% del gas nacional. Conoce su infraestructura, inversión y horizonte de desarrollo.
El campo terrestre Bakté, descubierto en diciembre de 2023, se ha convertido en uno de los activos más prometedores de Pemex para impulsar la producción de gas en México. Con una reserva estimada de 173 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, este yacimiento ubicado en la Región Sur representa una pieza clave dentro de la iniciativa de “Contratos de Desarrollo Mixto Identificados”, y podría aportar hasta el 15% de la producción nacional de gas en los próximos meses.
Actualmente, Bakté produce 33,600 barriles diarios de condensado y 392.8 millones de pies cúbicos de gas, pero la expectativa es aún mayor: se proyecta alcanzar 50,000 barriles diarios y 662 millones de pies cúbicos diarios. Esta cifra equivale al gas necesario para abastecer 10 centrales eléctricas, lo que subraya su relevancia en el sistema energético nacional.
El campo cuenta con un pozo en producción y cinco en perforación, con profundidades que alcanzan los 6,200 metros. Además, se han programado cuatro pozos adicionales para los próximos meses. En septiembre de 2024, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) aprobó el plan de desarrollo actualizado, que contempla una inversión total de 1,160 millones de dólares.
Este plan incluye:
El periodo de producción proyectado va de septiembre de 2024 a agosto de 2025, con una meta de extracción de 12.55 millones de barriles de condensado y 151.48 mil millones de pies cúbicos de gas. Esta operación no solo busca fortalecer la autosuficiencia energética del país, sino también posicionar a Pemex como un actor competitivo en el mercado de gas natural.
El desarrollo del campo Bakté marca un punto de inflexión en la estrategia energética nacional. Su capacidad de producción, infraestructura robusta y respaldo institucional lo convierten en un modelo de aprovechamiento eficiente de recursos fósiles en transición hacia una matriz más limpia. En un contexto donde el gas sigue siendo esencial para la generación eléctrica y la industria, Bakté podría ser el impulso que México necesita para consolidar su soberanía energética.
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