Contratistas llevaron su reclamo a las calles de Villahermosa con anuncios móviles para exigir pagos retenidos. Te explicamos qué pasó, por qué escalaron la protesta y qué implicaciones tiene para el abasto y la cadena de suministro.
Varias camionetas con vallas móviles circularon y se estacionaron por horas en Villahermosa, exhibiendo mensajes como “Pemex, paga lo que debes”, “necesitamos los pagos de 2024” y “#PemexPagaYa”, en fondos guinda, rosa, verde y negro. El punto más visible fue la llamada Pirámide de Pemex, edificio corporativo de la empresa en la capital tabasqueña. Elementos de seguridad estatal pidieron el retiro de los vehículos, pero la acción ya había hecho ruido: el reclamo por adeudos acumulados.
No fue un hecho aislado. En Ciudad del Carmen y otras localidades de Campeche se desplegaron anuncios móviles similares semanas atrás, una señal de que el malestar se coordinó regionalmente. Los contratistas sostienen que hay trabajos concluidos y operando que no han sido liquidados, y optaron por una protesta visible, itinerante y difícil de ignorar.
El conflicto con proveedores rebasó lo administrativo y tocó la operación: el paro de pipas por falta de pago fue uno de los factores que estresó la distribución de combustibles a inicios de agosto. La Presidencia reconoció públicamente problemas en el mecanismo de pago y aseguró que el caso está en proceso de solución. Para las empresas de transporte y servicios, el punto crítico es flujo de caja: sin pagos, se detienen unidades, se rompen cadenas y el abasto lo resiente.
El desenlace dependerá de tres movimientos:
Calendario de pagos claro y verificable para contratos facturados;
Depuración de adeudos y conciliación de volúmenes/actas para evitar disputas;
Mecanismos puente (líneas de factoraje o anticipos condicionados) que mantengan operativas las flotas y servicios críticos.
Si hay orden y certidumbre, bajará la tensión en Tabasco y Campeche; si no, es probable que la protesta itinerante se replique en sedes corporativas y activos estratégicos.
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