La CDHCM celebra la reciente reforma a la Ley Federal del Trabajo que reconoce la relación laboral con plataformas digitales, permitiendo a casi 700 mil repartidores y conductores gozar de seguridad social y prestaciones básicas. Conoce cómo esta medida equilibra la modernidad con la justicia laboral y garantiza mejores condiciones para quienes hacen posible la economía de plataformas.
Ciudad de México, 28 de diciembre de 2024. – La Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM) está de plácemes con la reciente reforma a la Ley Federal del Trabajo, publicada el 24 de diciembre en el Diario Oficial de la Federación (DOF). Esta modificación, que reconoce la relación laboral entre las plataformas digitales y las personas que trabajan para ellas, representa un antes y un después para casi 700 mil conductores y repartidores en México.
Hoy por hoy, los “gigantes de la economía de plataformas”, como Uber, DiDi y Rappi, dan la impresión de modernidad y flexibilidad, pero en muchos casos escatiman derechos básicos a quienes ruedan por la ciudad o conducen para entregar paquetes. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más del 60% de estos trabajadores digitales no firma contrato alguno y, en consecuencia, queda fuera de las prestaciones mínimas de ley. Lo que sí está firmado en la nueva reforma es el acceso a la seguridad social y la obligación, para la empresa, de inscribir a sus colaboradores en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Con esta reforma, las plataformas deberán cumplir reglas claras: pagar los trabajos en un lapso no mayor a una semana, registrar las horas efectivamente laboradas y emitir recibos de pago, entre otras medidas. A cambio, las personas podrán mantener la flexibilidad que tanto valoran: definir sus horarios, seleccionar sus días de trabajo y, por supuesto, laborar para más de una plataforma simultáneamente.
La CDHCM resalta que este paso se inscribe en un contexto global donde la economía digital crece a pasos agigantados, pero a veces lo hace pisoteando derechos y mezclando categorías como “empleado” y “autoempleo”. El cambio recién aprobado busca equilibrar la modernidad con la justicia laboral, para que nadie se quede sin el pan ni sin la libertad de laborar a su ritmo. “Las personas repartidoras no son engranes desechables; requieren y merecen un marco jurídico que les garantice estabilidad y seguridad”, enfatizó la CDHCM en su boletín.
Si bien esta reforma no soluciona todas las complejidades del nuevo paradigma económico, sí abre la puerta a una regulación más justa para quienes, con su moto o su auto, mantienen viva la dinámica de la ciudad. Desde ahora, el mensaje es claro: las plataformas digitales podrán ser globales, pero los derechos laborales son innegociables.
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