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Fuga en ducto de Pemex en Tabasco cobra dos vidas y reactivan protestas comunitarias

Fuga de hidrocarburo en ducto de Pemex en Centla, Tabasco, provoca la muerte de un padre y su hijo; comunidad exige justicia y acciones inmediatas.

Fuga en ducto de Pemex en Tabasco cobra dos vidas y reactivan protestas comunitarias

Una fuga en un oleogasoducto de Petróleos Mexicanos en la ranchería Chicozapote, municipio de Centla, Tabasco, resultó fatal para un padre y su hijo, e incendió protestas comunitarias con bloqueos en la carretera Villahermosa–Frontera. El incidente, ocurrido la madrugada del sábado, expone nuevamente los retos operativos de la red de ductos petroleros en zonas rurales y la urgencia de robustecer mecanismos de seguridad y respuesta.

El padre, Javier Arias (39 años), y su hijo Armando (15), campesinos de la localidad, fueron hallados inconscientes cerca del punto de fuga mientras se disponían a revisar su ganado. Su exposición a los vapores tóxicos del hidrocarburo fue inmediata e irreversible. La comunidad denuncia que el escape fue reportado desde la noche del viernes, sin que se atendiera con la urgencia requerida.

La falta de respuesta temprana generó que habitantes de las rancherías Chicozapote Primera y Segunda se movilizaran, bloqueando la vía federal, para exigir atención de Pemex y una indemnización justa. El perímetro fue resguardado por Protección Civil, Guardia Nacional y autoridades locales, mientras se evacuaron viviendas cercanas por riesgos de toxicidad atmosférica.

Tras detectar la falla, Pemex confirmó la suspensión inmediata del ducto y desplegó brigadas técnicas para contener y reparar la infraestructura. La empresa pública enfatizó que está cooperando con autoridades federales y locales para realizar un análisis de causa raíz y entregar resultados al Ministerio Público. No obstante, la comunidad sigue exigiendo mayores exigencias de transparencia y compensación.

Este drama no es aislado. Habitantes reportan que el tramo que conecta con Campeche ha presentado fugas recurrentes, con consecuencias ambientales y pérdidas económicas locales, como la muerte de ganado. El evento subraya la fragilidad de la infraestructura en áreas rurales y la carencia de un monitoreo efectivo.

Desde una perspectiva institucional, la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) tiene competencia para supervisar y sancionar fallas en la red de transporte de hidrocarburos, pero aún no se han emitido sanciones ni auditorías. La presión comunitaria ha forzado una respuesta reactiva que demuestra la necesidad de protocolos preventivos reforzados.

Este incidente muestra la urgencia de integrar soluciones basadas en inteligencia artificial para monitorear en tiempo real la integridad de los ductos. A través del análisis predictivo y la regulación proactiva, se pueden anticipar fugas, priorizar supervisiones y evitar tragedias como esta.

Pemex y los reguladores deben avanzar hacia un modelo que combine periodismo técnico, análisis normativo y capacidades digitales, yendo más allá de la respuesta reactiva. Un enfoque proactivo permitiría evaluar riesgo en zonas rurales, anticipar mantenimiento antes de que ocurra una falla y fortalecer la confianza comunitaria.

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