La refinería Madero procesó 98 950 barriles/día en mayo, 7 000 menos que en abril; bajan gasolinas y diésel mientras crece combustóleo y se redoblan inversiones de rescate.
El rugido constante de las torres de destilación en Ciudad Madero se atenuó en mayo: la refinería Francisco I. Madero dejó de procesar casi 7 000 barriles diarios de petróleo crudo. La baja arrastró gasolinas y diésel justo cuando Pemex presume autosuficiencia y la Federación inyecta más recursos a su programa de rehabilitación.
Un siglo de historia industrial no impidió el tropiezo. Tras haber promediado 106 251 barriles diarios en abril, el complejo cerró mayo en 98 950 barriles. La merma de 6,8 % sitúa el uso total en 52 % de su capacidad de 190 000 barriles, recordando que cualquier falla en la destilación primaria repercute en cada línea de producto.
La cinta transportadora de la Magna se desaceleró: de 34 000 bajó a 28 800 barriles/día. El diésel cedió 4 000 barriles y quedó en 15 000. Solo el combustóleo —subproducto menos valioso— repuntó a 15 700 barriles, un espejo de la ineficiencia operativa que preocupa a transportistas y generadores eléctricos que dependen de combustibles limpios.
Técnicos señalan paros parciales en hornos y fallas intermitentes en las plantas catalíticas Fluidizadas (FCC). El proceso de modernización, iniciado en 2017 y que acumula 11 000 millones de pesos, avanza, pero provoca cuellos de botella temporales. Las nuevas turbinas necesitan ajustes y las unidades hidrodesulfuradoras aún no alcanzan su carga de diseño.
Madero no está sola. En mayo cayeron también Minatitlán, Salamanca y Salina Cruz. Solo Tula, Cadereyta y Dos Bocas crecieron. A escala nacional, la refinación promedió 1 015 000 barriles/día, muy lejos de la meta oficial de 1,5 millones para 2025. El rezago obliga a Pemex a importar combustibles justo cuando la demanda veraniega de transporte aumenta.
Durante una visita reciente, el director Víctor Rodríguez Padilla anunció 2 600 millones de pesos adicionales para 2025. El recurso buscará concluir la rehabilitación de hornos de destilación y modernizar sistemas de control. El mensaje es claro: el gobierno de Claudia Sheinbaum seguirá apuntalando el plan de rescate iniciado por López Obrador.
Paro programado (Q3-2025) para reemplazar intercambiadores de calor críticos.
Arranque de nuevas bombas eléctricas (Q4-2025) que reducirán quemas y fugas.
Meta 2026: elevar la utilización al 70 %, es decir, 133 000 barriles diarios de crudo.
Para la costa de Tamaulipas, el desempeño de Madero es algo más que indicadores: implica salarios, contratos de mantenimiento y la certeza de que la vieja refinería seguirá latiendo en la transición energética que asoma en el Golfo.
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