Descubre cómo los aranceles propuestos por Donald Trump podrían frenar la economía mexicana, impactando el comercio exterior, la inflación y el nearshoring.
México enfrenta un panorama complejo para 2025 debido a la posibilidad de que Estados Unidos imponga aranceles del 25% a productos mexicanos, medida anunciada por el presidente Donald Trump. Esta acción podría frenar el crecimiento económico del país a tan solo 0.6%, según estimaciones de Moody’s Analytics. El impacto no solo afectará al comercio exterior, sino también a la inflación, el tipo de cambio y la llegada de nuevas inversiones, poniendo a prueba la resiliencia de la economía mexicana.
Los aranceles propuestos por Trump, supuestamente dirigidos a frenar el flujo de migrantes y drogas hacia Estados Unidos, podrían generar un efecto dominó en la economía mexicana. Alfredo Coutiño, director de análisis económico de Moody’s, advierte que esta medida tendría tres impactos principales:
Desaceleración del comercio exterior:
México, como una economía orientada a la exportación, vería reducida la competitividad de sus productos en el mercado estadounidense, afectando sectores clave como el automotriz y el agroindustrial.
Inflación y depreciación del peso:
La subida de costos derivada de los aranceles aumentaría los precios de bienes importados y presionaría al tipo de cambio, obligando al Banco de México a endurecer su política monetaria.
Nearshoring en riesgo:
Aunque el fenómeno del nearshoring había comenzado a posicionar a México como un destino atractivo para las inversiones extranjeras, los aranceles y otras reformas recientes podrían desalentar a empresas que consideraban establecerse en el país.
Uno de los aspectos más preocupantes es la posible tensión que los aranceles generen en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Aunque el acuerdo prohíbe aranceles entre los países miembros, Trump podría usar esta medida como una herramienta de negociación. Esto obligaría a México y Canadá a ceder terreno en otros aspectos del tratado, como normas laborales o ambientales, con miras a la renegociación en 2026.
Ante este panorama, México tiene dos opciones principales para contrarrestar los efectos de los aranceles:
Negociación diplomática:
Trabajar en conjunto con Canadá para establecer un frente común y buscar una resolución negociada con el gobierno estadounidense.
Medidas de represalia comercial:
Implementar aranceles en sectores estratégicos de Estados Unidos, aunque esto podría intensificar las tensiones y agravar las consecuencias económicas.
Aunque México enfrenta un año complicado, América Latina en su conjunto mantiene una perspectiva de crecimiento moderado del 2.1% para 2025, con Argentina liderando el avance regional con un 3.9% en su Producto Interno Bruto (PIB). Sin embargo, el impacto de las políticas comerciales de Estados Unidos podría extenderse a otros países, generando un entorno de incertidumbre para toda la región.
La posibilidad de que Estados Unidos imponga aranceles representa un desafío significativo para México. Más allá de los efectos económicos inmediatos, esta situación subraya la importancia de diversificar las relaciones comerciales del país y fortalecer su mercado interno. Con políticas adecuadas y un enfoque en la innovación, México podría convertir este reto en una oportunidad para reforzar su resiliencia económica y reducir su dependencia del comercio con Estados Unidos.
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