La Declaración de Protección del Chicle Maya como Indicación Geográfica refuerza su autenticidad y asegura la preservación de las tradiciones chicleras en Quintana Roo y Campeche, brindando oportunidades económicas a los productores locales y fomentando la conservación de la selva.
El Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) ha declarado la protección oficial del Chicle Maya de Quintana Roo y Campeche bajo el régimen de Indicación Geográfica Protegida (IGP), un importante paso para preservar y reconocer la tradición y autenticidad del chicle extraído de los árboles de chicozapote en esta región. Este reconocimiento formal, publicado en el portal de la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (CONAMER) y próximamente en el Diario Oficial de la Federación (DOF), establece al Chicle Maya como un producto único y protegido, vinculado directamente a la región y sus métodos de producción tradicionales.
Una Indicación Geográfica Protegida (IGP) es un reconocimiento que se otorga a productos que tienen características y cualidades únicas debido a su origen geográfico, así como a las técnicas específicas empleadas en su producción. En este caso, el Chicle Maya de Quintana Roo y Campeche es un producto que proviene del látex extraído del árbol de chicozapote, una especie endémica de las selvas de esta región.
Este tipo de protección asegura que únicamente el chicle que cumple con los requisitos geográficos y de producción puede utilizar la denominación "Chicle Maya de Quintana Roo y Campeche". Esta medida protege a los productores locales, resguarda sus conocimientos tradicionales y fortalece el patrimonio cultural de la zona.
El chicle se obtiene del látex del árbol de chicozapote (Manilkara zapota), mediante un proceso de incisión en el tronco del árbol. Este látex es recogido por los chicleros, quienes suben al árbol utilizando técnicas tradicionales y extraen la resina de manera manual. Posteriormente, el látex es cocido en grandes ollas de barro para obtener la goma de chicle, que luego es moldeada en marcos de madera.
El proceso tradicional involucra a varias generaciones de chicleros y sus familias, quienes realizan la cocción y el enmarquetado del chicle, siguiendo métodos ancestrales. Este chicle es conocido por su color beige y aroma particular, que recuerda a la miel y la vainilla.
El otorgamiento de la Indicación Geográfica Protegida al Chicle Maya no solo refuerza su valor cultural, sino que también abre oportunidades para que los productores locales puedan competir en mercados internacionales con un producto auténtico y protegido. El Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) será el encargado de certificar que las reglas de producción y uso se cumplan, garantizando la calidad y origen del chicle.
Este tipo de protección ayuda a evitar la competencia desleal y la comercialización de productos que, sin ser originales, utilicen la denominación "Chicle Maya". Además, asegura que los beneficios económicos se queden en la región, incentivando la conservación de las selvas de Quintana Roo y Campeche y la sostenibilidad de los métodos de extracción.
La Declaración de Protección de la Indicación Geográfica se ha realizado en cumplimiento con la Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial (LFPPI), particularmente en sus artículos 286 y 288. Estos artículos establecen que, una vez que la solicitud de protección ha cumplido con los requisitos y no se presenten oposiciones, el IMPI debe ordenar la publicación de la protección en el Diario Oficial de la Federación. Este proceso asegura que todas las partes interesadas hayan tenido la oportunidad de presentar sus objeciones antes de que la declaración se haga oficial.
Es importante destacar que el proceso legal que dio lugar a esta declaración no genera costos de cumplimiento para los particulares, ya que forma parte de las disposiciones ya establecidas por la LFPPI. No se han creado nuevas obligaciones ni se han modificado trámites o sanciones para los productores locales.
La protección del Chicle Maya de Quintana Roo y Campeche bajo la figura de Indicación Geográfica no solo refuerza la identidad cultural de la región, sino que también tiene un impacto económico significativo. Al ser un producto protegido y certificado, el chicle maya puede acceder a nuevos mercados donde los consumidores valoran la autenticidad y el origen geográfico. Asimismo, los productores podrán beneficiarse de un producto que ha incrementado su valor, gracias al reconocimiento legal que respalda su calidad y procedencia.
La Declaración de Protección entrará en vigor oficialmente al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación. A partir de ese momento, los productores que deseen utilizar la denominación "Chicle Maya de Quintana Roo y Campeche" deberán contar con la autorización del IMPI, y el chicle deberá cumplir con todas las reglas de producción establecidas.
Este reconocimiento también abre la puerta a que el Chicle Maya sea considerado para su reconocimiento internacional, un proceso que el IMPI llevará a cabo en coordinación con los tratados y acuerdos comerciales vigentes en México.
La protección del Chicle Maya de Quintana Roo y Campeche como Indicación Geográfica Protegida es un hito para la preservación de la tradición y cultura de los chicleros de la región. Este reconocimiento no solo asegura que el producto mantenga sus estándares de calidad, sino que también contribuye a la sostenibilidad económica de las comunidades locales y a la conservación del ecosistema único de la selva maya.
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