La empresa mexicana Olinia reveló el emblema que acompañará a sus vehículos eléctricos, inspirado en una liebre alebrije que simboliza energía, inteligencia y movimiento. El diseño de los autos se presentará en septiembre.
En una mañana cargada de simbolismo y visión tecnológica, la presidenta Claudia Sheinbaum y el coordinador del proyecto Olinia, Roberto Capuano Tripp, presentaron el emblema oficial que acompañará a los vehículos eléctricos mexicanos desarrollados por la empresa. El evento, realizado durante la conferencia matutina, marcó un paso importante en la consolidación de un proyecto que busca redefinir la movilidad en México.
El nombre Olinia proviene de “Olin”, palabra náhuatl que significa movimiento, y que según Capuano Tripp, representa el propósito de la marca: “crear tecnología para mover a los mexicanos, con orgullo en nuestra herencia y arraigo cultural”.
El emblema presentado es una liebre alebrije con alas, una figura que conjuga inteligencia práctica, adaptabilidad y eficiencia energética. “Nos identificamos con su dinamismo, que como México, es imparable”, explicó el directivo. Las alas, inspiradas en el águila nacional, simbolizan libertad, innovación y trascendencia.
Capuano Tripp detalló que el diseño fue pensado para evocar equilibrio entre la precisión de la ingeniería y la calidez humana, y que el alebrije será el sello de autenticidad y calidad de los vehículos Olinia. “Los grandes proyectos tienen un ícono que resuena sin necesidad de palabras. Lo encontramos en la magia, el color y el ingenio de los alebrijes”, dijo.
El diseño de los primeros autos eléctricos se presentará en septiembre. Según adelantó Capuano, serán ligeros, potentes y recargables en enchufes convencionales, con costos de operación menores que los de autos de gasolina e incluso motocicletas. “Queremos que la movilidad eléctrica sea accesible, funcional y profundamente mexicana”, concluyó.
Olinia no solo busca mover a México. Quiere hacerlo con identidad, con tecnología centrada en las personas, y con un símbolo que une tradición y futuro. La liebre alebrije ya corre, y en septiembre sabremos cómo se ve el camino que va a recorrer.
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