Pemex envió a Cuba más de 3 mil millones de dólares en combustibles subsidiados en cuatro meses, usando buques sancionados por EE.UU.
En apenas cuatro meses, el gobierno de Claudia Sheinbaum ha enviado a Cuba más del triple del combustible subsidiado que México exportó en los dos últimos años del sexenio anterior. Entre mayo y agosto de 2025, Pemex, a través de su filial Gasolinas Bienestar, despachó 58 cargamentos de hidrocarburos con un valor superior a 3 mil millones de dólares, equivalentes a 60 mil millones de pesos, según datos de comercio exterior y rastreos marítimos. Esta cifra supera todo lo enviado por la administración anterior, que sumó mil millones de dólares en dos años.
Uno de los protagonistas de esta operación es el buque Sandino, incluido desde 2019 en la lista negra de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos por transportar crudo venezolano a Cuba. El 20 de agosto, esta embarcación zarpó desde la terminal de Pemex en la Laguna de Pajaritos, Coatzacoalcos, y llegó siete días después a la refinería Camilo Cienfuegos, en Cienfuegos. El uso de barcos sancionados coloca a México en una posición diplomática delicada, con riesgo de sanciones financieras y comerciales por parte de Washington.
Los envíos, justificados por el gobierno como “ayuda humanitaria”, se realizan en condiciones de subsidio que agravan la situación financiera de Pemex. Gasolinas Bienestar, la filial encargada, reportó pérdidas por 5,836 millones de pesos en su primer año de operaciones, mientras la petrolera acumula una deuda superior a los 100 mil millones de dólares. El valor de los cargamentos enviados a Cuba este año es comparable al presupuesto federal proyectado para la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana en 2026 y cuadruplica los recursos destinados a infraestructura educativa básica en todo el país.
El gobierno sostiene que estos envíos son parte de una política exterior “humanista”, pero especialistas advierten que se trata de un subsidio político costoso y sin transparencia, que desvía recursos de áreas críticas como salud, educación y seguridad. Mientras México enfrenta desabasto de combustibles en varias regiones y Pemex lidia con una producción en declive, el país se consolida como el principal proveedor energético de Cuba, en un contexto de apagones masivos y crisis económica en la isla.
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