maria.lopez
La nueva reforma en telecomunicaciones prohíbe a medios mexicanos transmitir propaganda de gobiernos extranjeros. Analizamos cómo esto podría convertirse en un arma de censura disfrazada de soberanía.
La administración de Claudia Sheinbaum acaba de lanzar un misil directo a la libertad de los medios mexicanos. Su nueva ley de telecomunicaciones, que será aprobada en días, prohíbe tajantemente la transmisión de cualquier propaganda política, ideológica o comercial de gobiernos extranjeros. Suena bien en papel, pero ¿qué hay detrás de esta medida?
El Artículo 210 de la iniciativa es claro: ni radio, ni televisión, ni plataformas digitales podrán difundir mensajes de otros países… a menos que sean turísticos o culturales. ¿La excusa? Los spots antiinmigrantes de Trump en 2019, que sembraron pánico entre migrantes mexicanos. Pero, ¿es esto realmente una solución o un pretexto para controlar el flujo de información?
Aquí lo grave:
La ley no distingue entre propaganda hostil y mensajes diplomáticos. ¿Qué pasa si un gobierno aliado quiere promover cooperación científica o educativa?
Plataformas digitales también caen en la red. Netflix, YouTube o Spotify tendrían que censurar contenido patrocinado por otros Estados.
El criterio de "fines culturales" es ambiguo. ¿Quién decide qué es cultura y qué es propaganda?
Sheinbaum insiste en que esto evita "injerencia extranjera". Pero, ¿no es igual de peligroso que el gobierno mexicano decida qué información merece llegar al público? Esto huele a doble moral: mientras se critica la censura en otros países, aquí se aplica con otro nombre.
Y hay antecedentes:
En 2021, México bloqueó financiamiento a ONG extranjeras bajo el argumento de "no intervención".
La actual administración ha reducido espacios para medios críticos, según Reporteros Sin Fronteras.
Al gobierno: Menos voces disidentes o perspectivas internacionales que cuestionen su narrativa.
A las televisoras aliadas: Menos competencia por espacios publicitarios… y más control sobre el mensaje.
A nadie más: Los ciudadanos pierden acceso a información diversa, en un mundo donde las fronteras digitales ya no existen.
Esto no es solo sobre propaganda extranjera. Es sobre quién controla lo que ves, escuchas y piensas. Si crees que los medios deben ser libres, comparte este artículo. Suscríbete a nuestro boletín para recibir más investigaciones como esta cada semana. La verdad no se silencia.
FAQ:
¿Qué pasa si un medio transmite propaganda extranjera?
Multas o cancelación de concesiones, según la ley.
¿Afecta a redes sociales?
Sí, si comercializan espacios para gobiernos extranjeros.
¿Hay excepciones?
Solo turismo y cultura… pero eso lo define el gobierno.
¿Vas a dejar que decidan por ti?
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