laura.fernandez
Descubre cómo el PIB de la OCDE retrocedió a 0.3% en el cuarto trimestre de 2024, y por qué México, junto con Noruega, protagonizan el peor desempeño de la organización.
El Producto Interno Bruto (PIB) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pasó de un crecimiento de 0.5% en el tercer trimestre de 2024 a 0.3% en el cuarto, reveló el propio organismo. La noticia destempló a más de uno, sobre todo al saber que Noruega y México fueron quienes llevaron la peor parte, con una caída de -0.6% cada uno en sus economías, según los números oficiales.
Francia y Alemania no están precisamente para celebrar. Se contrajeron -0.1% y -0.2% respectivamente, dejando el ambiente un tanto áspero en la zona euro. Y si a Alemania le quitan las exportaciones —su caballo de batalla—, pues le aflora la tos económica. En contraste, Portugal, Costa Rica y Polonia presumieron las mayores alzas trimestrales del club, con subidas superiores al 1%.
Pero, ¡ojo!: en el tobogán de la OCDE, México se ubica entre las peores cifras al cierre del año, empatado con Noruega. Y es llamativo, cuando en otros foros nos quieren vender la idea de la nueva era del nearshoring que llenará de inversión fresca al país. Pareciera que algo no cuadra.
Dentro de ese grupo selecto de gigantes, la actividad se moderó de 0.5% a 0.4%. Estados Unidos tropezó un poco, frenando dos décimas para situarse en 0.6%, mientras Canadá y Reino Unido apenas mejoraron una décima cada uno. Francia y Alemania, como ya se dijo, retrocedieron. El único que salió con sonrisa mayor fue Japón, subiendo de 0.4% a 0.7%, al parecer con un soplo de aire gracias a un comercio externo más amable.
Dicen que la dinámica de México llegó a un -0.6% en el último tramo de 2024. ¿Los culpables? El jaloneo con la política monetaria, la elevada inflación y la desaceleración en manufacturas que no terminan de despegar todo lo que se prometió. Por otro lado, es curioso ver cómo otros países —incluyendo a Costa Rica, que no es miembro de la OCDE desde hace tanto— están pintando mejor en las cifras.
Con su economía petrolera, también se llevó un golpe. Tal vez el frenazo en la demanda de combustibles fósiles o la volatilidad de precios los puso en esa mala posición, similar a la de México.
Así andan las cosas: un cierre de año donde parte de Europa tiembla con caídas, Estados Unidos reduce el paso y México se ubica en uno de los peores sitios del ranking. El vaso medio lleno: la esperanza de un 2025 donde estas economías zarpen de nuevo —si los choques inflacionarios, geopolíticos y energéticos lo permiten.
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