Por Redacción
La Agencia Internacional de Energía revela que México pasará de exportador a comprador neto de petróleo en 2030, con producción en caída libre.
México se asoma al peligroso precipicio de depender del petróleo extranjero. Las cifras de la Agencia Internacional de Energía (IEA) son un balde de agua fría: para 2030, nuestro país podría estar comprando medio millón de barriles diarios más de los que produce.
La debacle no llegó de golpe. Es el resultado de años de malbaratar nuestra riqueza petrolera. Mientras naciones como Emiratos Árabes e Irak planean aumentar su producción en 1.3 millones de barriles, México se hunde en el fango de su propia desidia. Pemex, ese gigante que fue nuestro orgullo, hoy se tambalea con apenas siete campos productivos de los 240 que tiene registrados.
En este panorama desolador, solo tres cartas podrían salvarnos:
Trion: El proyecto estrella de Woodside que promete 100 mil barriles diarios
Zama: El yacimiento dormido que sigue esperando su momento
Ku-Maloob-Zaap: El viejo guerrero que necesita cirugía mayor
Pero el reloj no perdona. Como bien dice el dicho: "Al tiempo lo que es del tiempo". La IEA advierte que la ventana para reactivar estos proyectos se cierra rápido. Mientras, la deuda de Pemex —ese monstruo de 100 mil millones de dólares— sigue comiéndose el futuro del sector.
Los expertos señalan el error garrafal: haber puesto todos los huevos en la canasta de los yacimientos terrestres y dejar morir las promisorias aguas profundas. Hoy el remedio sale más caro que la enfermedad. El campo Quesqui, que fue la gallina de los huevos de oro por un tiempo, ya no alcanza para tapar el hoyo que dejaron Cantarell y compañía.
La factura de la gasolina podría dispararse
El peso mexicano sufriría nuevos golpes
Perderíamos músculo en el tablero energético mundial
Como dice el analista energético Rodrigo Osorio: "Estamos viendo el ocaso de una era. México se queda sin fiesta petrolera y sin ahorros para la resaca".
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