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Descubre cómo la Auditoría Superior de la Federación detectó irregularidades millonarias en el Tren al AIFA, un proyecto insignia de la 4T que ya enfrenta retrasos, bloqueos y ahora, serios cuestionamientos sobre el uso del dinero público.
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) encendió las alertas: en la construcción del Tren al AIFA hay “huecos” por al menos 17 millones de pesos en pagos excesivos. Y aunque no es la primera vez que se exhiben anomalías en esta obra, las nuevas revelaciones golpean directamente a la promesa de austeridad y transparencia del gobierno.
La ASF revisó un paquete de 928 millones de pesos destinado a la extensión del Tren Suburbano que conectará la Ciudad de México con el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). ¿El resultado? Falta de planeación, mala ejecución y —claro— pagos duplicados o inflados. El hallazgo más escandaloso (más de 7 millones) se dio en el contrato de supervisión para construir un nuevo patio de operaciones ferroviarias. Ahí figuraba un listado de “especialistas” que ni con lupa localizaron, algo así como trabajar con fantasmas… pero cobrando muy en serio.
¿Dónde quedó la promesa de la 4T?
Esta obra se supone que es prioritaria, un emblema de la gran transformación del país. Sin embargo, el tren ya acumula varios tropiezos y retrasos. Bajo el sexenio anterior, el Presidente decía que estaría listo a finales de 2023. Luego se pospuso para mediados de 2024. Nada de eso se cumplió. Ahorita, con la transición, la nueva mandataria Claudia Sheinbaum se la jugó y prometió que, sí o sí, quedaría en julio de este año. Una vez más, veremos si es posible o si termina en “pronto, pero no tan pronto”.
Encima, la obra se la quitaron a la empresa concesionaria del Tren Suburbano (CAF) y se la encomendaron al Ejército, una movida que refuerza la militarización en proyectos civiles. El general Ricardo Vallejo, encargado del proyecto, ya dejó claro que no depende solo de la milicia: también está la negociación con los pobladores de la zona, que siguen bloqueando un buen tramo.
¿Dinero desviado o ineficiencia descarada?
Lo cierto es que 17 millones de pesos en pagos injustificados no son calderilla. Y esta no es la primera obra de la 4T manchada con observaciones de la ASF, por lo que algunos se preguntan si la austeridad republicana se quedó en la retórica. Malgastando el presupuesto, el tren camina a tropezones y pone en entredicho esa narrativa de que “todo está en orden”.
Como sea, el gobierno ha de responder por estos hallazgos. No basta con el sermón sobre “acabaremos con la corrupción” si la Auditoría repite una y otra vez que las cuentas están descuadradas. Mientras, la construcción del tren al AIFA sigue dando tumbos: retrasos, barreras con comunidades, militares a cargo y, ahora, millones tirados por la borda. Un panorama que no pinta muy bien para el ambicioso proyecto de conectar la ciudad con el flamante aeropuerto.
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