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Interconexión CENACE 2025: del permiso al punto de conexión (guía operativa sin reprocesos)

Interconexión CENACE 2025: del permiso al punto de conexión (guía operativa sin reprocesos)

Cómo convertir un permiso viable en punto de conexión ante CENACE: estudios, telemetría, servicios conexos, BESS y cronograma compatible con la planeación vinculante.

Desde el 17 de octubre la conversación cambió: obtener un permiso dejó de ser meta y pasó a ser punto de partida. La planeación vinculante ordenó el mapa —dónde, cuándo y con qué configuración debe entrar la nueva capacidad— pero el examen decisivo ocurre frente al CENACE, cuando un proyecto intenta convertir la viabilidad regulatoria en punto de conexión. Ahí se separa la retórica de la ingeniería: estudios que cuadran con el despacho esperado, medición y protecciones de clase profesional, servicios conexos que resisten eventos reales y una narrativa de costos del sistema que justifique su lugar en la red.

El giro es más profundo de lo que parece. Antes, la carpeta del desarrollador vivía en compartimentos: permisos por un lado, conexión por otro. Hoy el expediente que llega a ventanilla ya debe hablar el idioma de operación del sistema. La planeación vinculante no promete interconexión; exige coherencia. Si un parque solar pretende entrar en un corredor saturado, deberá demostrar con datos horarios cómo gestiona los picos, qué BESS lo ancla en rampa y cuál es su contribución medible a frecuencia y tensión. Si una central de ciclo combinado aspira a despachar en horas críticas, tendrá que acreditar arranques rápidos, reservas a costo razonable y un trazo de combustible que no convierta su promesa en curtailment encubierto. El mensaje de la autoridad es claro: no bastan megawatts; hacen falta servicios.

En el terreno operativo, la ruta de interconexión ha ganado disciplina. El CENACE analiza ubicación, modalidad de estudio, prelación y consistencia del diseño con la topología de la RNT y RGD; pide modelos eléctricos reproducibles y exige telemetría sincronizada para auditar calidad en tiempo casi real. La publicación periódica de estatus y la formalización de insumos en la Ventanilla Energía dibujan una ventanilla más transparente pero también más exigente: la ingeniería llega antes, la improvisación llega nunca. Para los proyectos que se presentan a la atención prioritaria, el listón sube un peldaño más: todo lo que prometieron para el permiso debe aterrizarse en especificaciones verificables, con cronogramas compatibles con los refuerzos de red programados.

El corazón de esta etapa no está en un trámite sino en una negociación técnica con el sistema. Un eólico puede obtener el mismo sí o no que un solar ante una duda idéntica: ¿qué pasa en los diez segundos posteriores a una contingencia? La respuesta ya no es un párrafo sino un plan: inercia sintética, contribución a regulación, setpoints de control, protecciones coordinadas, límites de voltaje, umbrales de recierre. Un BESS deja de ser adorno si entra con contrato de desempeño y KPIs de respuesta; un CCGT deja de ser “convencional” cuando dimensiona reservas que alivian la intermitencia local sin disparar los costos del SEN. Quien lo entiende desde el diseño llega con menos sorpresas a la fase de conexión; quien no, descubre tarde que el permiso era apenas el boleto de entrada.

Para los financistas, el matiz es enorme. El riesgo ya no se mide solo en permisos y garantías corporativas; se mide en tiempos de conexión, riesgo de reprocesos y sensibilidad de congestión. Los term-sheets empiezan a incluir gatillos vinculados a dictámenes del CENACE, cláusulas de desempeño de BESS y amortiguadores de DSCR ante recortes de despacho. Es el lenguaje natural de la planeación vinculante: orilla a diseñar activos que mejoran el sistema y a estructurar portafolios que no empujan contra el 54% estatal, sino que encajan donde el sistema los necesita. La política pública marca el ritmo; la ingeniería decide quién puede seguirlo.

La conclusión es sobria: el punto de conexión se gana con evidencia en tiempo real y consistencia de extremo a extremo. Proyectos que aceptan esa lógica —y la incorporan temprano— están cruzando la línea con menos fricción, menos oficios y menos regresos al tablero. Lo que comenzó como una disposición regulatoria ya se está traduciendo en una cultura distinta de desarrollo: menos presentaciones, más operación; menos promesas, más mediciones. Y, sobre todo, una premisa que se vuelve norma: sí a la inversión, pero al servicio del sistema.

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Se revisaron los lineamientos y sitios oficiales sobre conexión/interconexión del CENACE y el Manual para la Interconexión y Conexión (MIC); la Convocatoria de atención prioritaria y materiales en Ventanilla Energía relacionados con la planeación vinculante publicada el 17 de octubre de 2025, así como referencias vigentes al Código de Red y manuales operativos.

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