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Deer Park: flaring controlado en turnaround; 'día 9' y dónde luce el ULSD

PEMEX Deer Park mantiene flaring controlado en su ventana 29/sep–11/oct. Reacomodo de slots, efecto en Altamira/Veracruz, lectura de cracks y tácticas para capturar valor en ULSD.

Deer Park: flaring controlado en turnaround; 'día 9' y dónde luce el ULSD

En Deer Park el mantenimiento huele a rutina bien ensayada: antorcha prendida, humo mínimo, radios en silencio y la bitácora marcando “ventana vigente”. A día 9 del paro programado (29/sep–11/oct), la refinería mantiene flaring controlado y no reporta afectaciones a la comunidad mientras avanza su turnaround. La escena importa más de lo que parece: ajusta el mix de petrolíferos hacia Altamira/Veracruz, mueve inventarios en TAR y matiza los crack spreads de la Costa del Golfo justo cuando el crudo rebotó tras la última señal de OPEP+.

Qué hay hoy en planta (y qué significa “flaring controlado”)

El flaring en mantenimiento planificado cumple tres funciones: seguridad, estabilidad y luz verde para maniobras internas. Operativamente, el mensaje es doble:

  1. Las unidades críticas que requieren inertización/bleed siguen su secuencia de arranque–paro sin sobresaltos;

  2. La envolvente ambiental (ruido, luz, humo) se mantiene dentro de parámetros, lo cual permite sostener la ventana sin ampliar plazos.

Para operaciones de mercado, “flaring controlado” es traducción de holgura limitada: hay producto, pero no todos los trenes corren al 100%, y eso reperfila despachos y calidades en el corredor USGC–Golfo de México.

Día 9 de ventana: cómo se reprograman los slots

En un turnaround como éste, la agenda diaria se decide la noche anterior con tres llaves en mano:

  • Secuencia de sistemas: las maniobras que implican presión/temperatura se agrupan para minimizar purgas y uso de antorcha.

  • Logística just in time: despachos de carga/descarga acomodados a “ventanas cortas” para no saturar muelles ni racks de auto-tanque.

  • Calidad y cut points: cuando hay trenes que no están al 100%, los puntos de corte de destilación y la disponibilidad de hidrógeno mandan sobre el rinde; eso determina qué slots de exportación se priorizan (ULSD y gasolinas terminadas) y cuáles se posponen (intermedios).

Traducción para el downstream mexicano: en Altamira y Veracruz veremos ondas más que oleadas: cargamentos escalonados, con foco en terminados “rápidos” y en ULSD de especificación estricta para cubrir picos industriales y carreteros.

Dónde están los diferenciales más atractivos para ULSD

Con HR y H₂ cotizados al alza y crudo rebotando, el valor está en el diferencial neto (producto–crudo–hidrógeno–logística). Los tres pockets más interesantes en el corto plazo:

  1. USGC ULSD vs. Maya/WTI: cuando el diesel sostiene prima por demanda industrial, el spread se defiende incluso si el crudo empuja. Ventaja para compradores con ventanas fijas y freight ya amarrado.

  2. ULSD importado vs. blending local: si el hidrógeno es el cuello, el crudo “barato” pierde encanto; traer ULSD listo evita costos de hydro-treating marginal.

  3. ULSD “clean” vs. cargos mixtos: en semanas de mantenimiento, el mercado paga claridad—calidad certificada, registro en puerto y descarga sin demoras.

Regla de campo: cuando hay antorcha por mantenimiento, la certeza logística vale casi tanto como el centavo de crack.

Inventarios TAR y el péndulo Altamira–Veracruz

La ola de producto se reordena por tiempos de atraque y capacidad de recibo. Con ventanas escalonadas, los TAR prefieren cargas limpias, documentación impecable y descargas cortas que liberen línea. Para el distribuidor:

  • Priorizar turnos nocturnos y slots de fin de semana donde haya.

  • Ajustar programación de auto-tanque con buffers de 6–12 h.

  • Blindar calidad recibida (muestreo y retención) ante cambios de tren en origen.

Qué miran los cracks en una semana como ésta

  • Crudo volátil por narrativa OPEP+: si el flat price sigue firme, el ULSD aguanta en prima, pero el margen real depende del H₂ y de la logística.

  • Gas natural y potencia en Texas: si el feedgas LNG se mantiene alto y la potencia opera estable, el costo del hidrógeno no escalara de golpe; si hay tropiezos, el netback de ULSD importado gana puntos.

  • Demanda doméstica: obra pública, cosecha y e-commerce sostienen la curva de diésel; atención a micro-picos regionales que paguen delivery confiable.

Para el comprador en México: plan de 72 horas

  1. Inventario crítico: clasifica por “horas de autonomía”, no por litros totales.

  2. Slot seguro > centavo tentador: un atraque firme bien documentado gana.

  3. QA/QC: conserva retención de descarga y refuerza trazabilidad por lote.

  4. Flex de destino: considera puerto espejo (si Altamira se tensa, voltear a Veracruz) con costos conocidos ex-ante.

  5. Cobertura táctica: collar simple de crack ULSD si tienes exposición >10 días; swap de flete si operas ventana estrecha.

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