Por Redacción
El huracán Erick categoría 2 fuerza la cancelación del Congreso Mexicano de Petróleo en Acapulco, afectando a más de 10,000 participantes del sector energético.
La naturaleza ha impuesto su ley en Acapulco. El huracán Erick, ahora categoría 2, ha obligado a cancelar el XIX Congreso Mexicano de Petróleo que reuniría a más de 10,000 especialistas del sector energético en el Forum Mundo Imperial. Una decisión dolorosa pero necesaria, tomada por las autoridades tras analizar los riesgos para los asistentes que ya comenzaban a llegar a la zona Diamante.
El evento, programado del 18 al 20 de junio, prometía ser el escenario donde Víctor Rodríguez Padilla, director general de Pemex, presentaría una ponencia magistral sobre el futuro de la paraestatal. Ahora, los stands recién montados yacen vacíos, mientras los organizadores trabajan contra reloj para reubicar a participantes y proteger equipos técnicos.
No es la primera vez que Acapulco sufre este tipo de contratiempos. El fantasma del huracán Otis, que el año pasado obligó a suspender la Convención Minera, planea sobre la decisión. Las autoridades aprendieron la lección: mejor prevenir que lamentar cuando se trata de vidas humanas.
Esta cancelación no solo afecta logística y económicamente al puerto, que esperaba una derrama de más de 150 millones de pesos. También representa un golpe para la agenda energética nacional, pues este congreso era el escenario elegido para presentar importantes alianzas estratégicas entre Pemex y empresas privadas.
Fuentes del sector indican que al menos 15 acuerdos de colaboración tecnológica y 3 memorandos de entendimiento quedarán en standby hasta nuevo aviso. Mientras, las grandes petroleras evalúan opciones para realizar encuentros bilaterales en CDMX o de manera virtual.
El Comité Organizador ha anunciado que estudian tres alternativas:
Reprogramar el evento para septiembre
Cambiar la sede a Cancún
Realizar una edición híbrida
Sea cual sea la decisión, el mensaje es claro: el sector petrolero mexicano no se detiene, pero hoy debe ceder ante fuerzas mayores. Como bien señaló un asistente mientras desmontaba su stand: "El petróleo puede esperar, las vidas no".
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