Así vienen las tarifas finales de CFE para octubre: umbrales residenciales por clima, señales para DAC y componentes clave en GDMTO/GDMTH. Explicamos cómo leer los cargos, dónde se mueve el costo y qué acciones toman hogares e industria para contener su recibo.
Octubre marca el giro del ciclo estacional: en zonas templadas cae el uso de aire acondicionado y, con ello, el consumo promedio residencial; en climas cálidos el alivio es más gradual. Para el usuario doméstico, la clave no es solo el precio por kWh, sino dónde queda su consumo mensual respecto del umbral básico de su zona climática. Quien acumula 12 meses por encima del límite aplicable abre la puerta a DAC, una tarifa sin subsidio donde cada kWh cuesta sensiblemente más. El mensaje operativo es claro: bajar el promedio móvil anual desde ahora vale más que cualquier ajuste reactivo en diciembre.
En la práctica, tres micro-decisiones mandan: (1) cargar consumos intensivos (lavado/secado, bombeo) en bloques horarios más frescos; (2) sellar pérdidas (fugas de aire en puertas y ventanas, calibres de cableado que provocan calentamiento y pérdida) y (3) ajustar el set-point de climatización 1–2 °C arriba. Eso hace la diferencia entre quedarse dentro del básico o pasar al intermedio/excedente. Quien ya roza el límite en 11/12 meses puede compensar con dos quincenas de ahorro agresivo en octubre para evitar la conversión a DAC a fin de año.
Para comercios y pymes con media tensión, octubre trae un doble frente: la energía y la forma de la curva. En GDMTO la sencillez tarifaria ayuda (precio unitario estable), pero oculta una realidad: si tu perfil tiene picos de corta duración, una base de demanda sobredimensionada te encarece el recibo. En GDMTH, el diferencial de punta/intermedia/base premia a quien desplaza procesos flexibles fuera de la ventana de punta. El toolkit mínimo incluye tres pasos: (i) depurar la demanda contratada a la realidad operativa post-verano; (ii) corregir factor de potencia con bancos automáticos y (iii) programar arranques secuenciales de grandes motores para aplanar rampas. En plantas con hornos, cámaras frías o aire comprimido, 10–15% de la demanda pico se logra desplazar con control secuencial y variadores.
Piensa el recibo como una matrioska de cargos: primero los fijos (conexión/demanda), luego energía (kWh por bloque u horario), y finalmente ajustes regulados (transmisión, distribución, servicios, potencia, medición, y conceptos de capacidad). La auditoría básica de octubre debe comparar tres cortes: mismo mes del año pasado, promedio móvil 12 meses y últimos 90 días. Si el porcentaje de kWh en “punta” crece vs. “base”, no es un “aumento inexplicable”: es un problema de programación.
Hogar: mantenimiento a refrigeración (limpieza de filtros/serpentines), sellado térmico y bombas presurizadoras eficientes. Negocio: revisión de demanda contratada, reperfilado de cargas y cierre de penalizaciones de potencia. En ambos, un data-logger de bajo costo (medición sub-circuitos una semana) aporta más ahorro que cualquier conjetura.
Hipervínculos internos sugeridos (no visibles para el lector): enlazar a tus piezas “CFE actualiza tarifas finales (Suministro Básico)” y “Península de Yucatán: así se recuperó el sistema…”, como lecturas de contexto sobre confiabilidad y señal tarifaria.
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