México mueve 160 millones de litros diarios, pero la falta de infraestructura y el control de precios ponen en jaque la estabilidad del mercado.
Mover un litro de gasolina en México es mucho más que abrir una válvula: detrás hay una red que sostiene un mercado de más de 4,000 millones de pesos diarios, con 13,884 estaciones de servicio, 16,000 kilómetros de ductos y una flota combinada de 5,700 autotanques, 525 carrotanques y 16 buques tanque. Sin embargo, esta maquinaria apenas logra sostener la demanda y cualquier falla puede detonar una crisis.
México es el octavo consumidor mundial de gasolina y el duodécimo en diésel, con un consumo diario de 120 millones de litros de gasolina y 45 millones de diésel. Pemex controla entre 80% y 85% de la distribución, lo que lo convierte en el eje del sistema, pero también en su punto más vulnerable.
El especialista Ramsés Pech lo resume así:
El tramo entre las terminales de almacenamiento y las gasolineras —la
llamada “última milla”— es el eslabón más caro y frágil. En regiones
como el sur-sureste, donde no hay ductos, el transporte depende de
pipas, lo que incrementa el costo por litro y presiona los márgenes.
Este problema se agrava con el pacto de precios que mantiene la gasolina regular en 24 pesos por litro, obligando a Pemex a absorber costos logísticos. Según cálculos del sector, la empresa pierde entre 1 y 1.50 pesos por litro, lo que equivale a 180-200 millones de pesos diarios y podría superar los 100 mil millones al cierre de 2025 si no hay ajustes fiscales o logísticos.
En la noticia publicada por AI Regula Solutions sobre las pérdidas de Pemex, se advertía que la absorción de costos por control de precios es insostenible. Esta nueva investigación confirma que la raíz del problema no es solo financiera, sino estructural:
El valor económico del sector es colosal: 4,051 millones de pesos diarios en ventas de gasolina y diésel,
de los cuales el 48% son impuestos. Pero la infraestructura actual no
está diseñada para soportar la demanda creciente ni los retos
logísticos.
La Onexpo ha advertido que, sin más inversión en almacenamiento y transporte, el país seguirá expuesto a desabastos intermitentes,
como los registrados en agosto en CDMX, Nuevo León y Chiapas, donde la
falta de pipas y bloqueos laborales paralizaron el suministro.
La logística de combustibles en México no es solo un tema operativo: es un factor crítico para la seguridad energética y la estabilidad económica. Mientras Pemex absorbe pérdidas para mantener precios, el país necesita una estrategia integral que combine inversión en infraestructura, apertura regulatoria y tecnología para optimizar la cadena de suministro.
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