Un estudio revela que Pemex absorbe costos logísticos y enfrenta pérdidas millonarias en la distribución de gasolinas y diésel.
Petróleos Mexicanos (Pemex) enfrenta un nuevo dolor de cabeza: pierde entre 180 y 200 millones de pesos al día en su negocio de comercialización de gasolinas y diésel, según un estudio de la consultora Caravia y Asociados. La causa principal está en la absorción de costos logísticos y de transporte, especialmente en la llamada “última milla”, el tramo entre las terminales de almacenamiento y las estaciones de servicio.
El análisis detalla que Pemex vende combustibles con un precio tope de 24 pesos por litro, lo que la obliga a sacrificar márgenes para mantener la estabilidad del mercado. Por cada litro, la empresa estatal pierde entre 1 y 1.50 pesos, cifra que se multiplica al considerar que México consume 165 millones de litros diarios (120 millones de gasolinas y 45 millones de diésel).
Además, la petrolera absorbe costos de almacenamiento, transporte por ductos y reparto, que se han disparado por la falta de infraestructura en regiones como el sur-sureste, donde no hay ductos y el traslado depende de pipas. Este esquema encarece la operación y genera cuellos de botella.
El mercado de la última milla tiene un valor estimado de 220 a 240 millones de pesos diarios, y Pemex controla entre el 80% y 85% de la distribución nacional. Para ello, opera con 2,437 autotanques propios, incluidas las 571 pipas adquiridas en el sexenio pasado bajo control militar, y contrata entre 4,000 y 4,500 unidades privadas, sumando unas 7,000 unidades que mueven el combustible a 14,000 estaciones de servicio.
A pesar de esta capacidad, la empresa enfrenta retrasos en el abasto. La semana pasada, gasolineras en Monterrey, Ciudad de México, Chiapas y otras entidades reportaron desabasto por inspecciones aduanales más estrictas y problemas de transporte, lo que evidencia la fragilidad del sistema logístico.
El tope al precio de la gasolina, acordado por el gobierno federal para evitar aumentos, ha sido un factor determinante en estas pérdidas. Pemex no solo deja de trasladar costos al consumidor, sino que asume gastos adicionales para mantener el precio estable, lo que podría costarle más de 100 mil millones de pesos al cierre de 2025, según estimaciones del sector.
Expertos como Ramsés Pech advierten que la única salida inmediata sería un mayor estímulo fiscal vía IEPS, pero esto implicaría un sacrificio para las finanzas públicas en un año con déficit superior al billón de pesos. A largo plazo, la clave está en modernizar la logística, ampliar la red de ductos y diversificar la distribución, además de replantear el modelo de precios.
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