La ASEA publicó la convocatoria que activa la verificación de la NOM-019-ASEA-2024, elevando el riesgo regulatorio y operativo para instalaciones de procesamiento de gas natural en México.
La publicación del 23 de diciembre de 2025 en el Diario Oficial de la Federación de la Convocatoria dirigida a Unidades de Inspección para evaluar la conformidad de la NOM-019-ASEA-2024 marca un punto de inflexión silencioso, pero decisivo, en el cumplimiento regulatorio del sector gasífero en México. A partir de este momento, la norma deja de ser un marco técnico en papel y se convierte en un instrumento exigible, verificable y dictaminable.
Emitida por la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), la convocatoria habilita formalmente el proceso para aprobar a terceros que realizarán la Evaluación de la Conformidad de la NOM-019-ASEA-2024, norma que regula las instalaciones de procesamiento de gas natural y que cancela definitivamente a la NOM-137-SEMARNAT-2013, enfocada exclusivamente en control de emisiones de compuestos de azufre.
El cambio no es menor: el enfoque regulatorio se desplaza de una lógica ambiental aislada a una visión integral de seguridad industrial, operación y mantenimiento, con impacto directo en la continuidad operativa de plantas, complejos y activos midstream.
En la práctica regulatoria mexicana, la publicación de una convocatoria de terceros aprobados es el momento en que una NOM entra verdaderamente en juego. Sin unidades de inspección acreditadas, las normas suelen operar en un terreno difuso; con ellas, el cumplimiento se vuelve auditable, comparable y defendible… o sancionable.
La convocatoria establece requisitos técnicos y profesionales elevados para las Unidades de Inspección: acreditación bajo la NMX-EC-17020, personal con experiencia comprobable en diseño, construcción, pre-arranque, operación y mantenimiento de instalaciones de procesos industriales del sector hidrocarburos, así como evidencia documental exhaustiva y verificable. El mensaje regulatorio es claro: ASEA busca reducir la discrecionalidad y elevar el estándar técnico de las evaluaciones.
Para los operadores de plantas de procesamiento de gas natural, esto implica un cambio inmediato en el perfil de riesgo. El cumplimiento ya no dependerá únicamente de contar con procedimientos, sino de demostrar coherencia entre diseño, operación real, mantenimiento ejecutado y evidencia documental.
Aunque la convocatoria está dirigida a Unidades de Inspección, su impacto se siente del lado del regulado. Con un número inicialmente limitado de terceros que podrán obtener la aprobación, el sector podría enfrentar cuellos de botella en inspecciones, sobrecostos y tiempos prolongados de dictaminación, especialmente en 2026, cuando la exigencia regulatoria se normalice.
Más relevante aún: la experiencia reciente con otras NOM del sector energético muestra que muchas observaciones críticas no derivan de fallas técnicas graves, sino de errores documentales, trazabilidad incompleta y expedientes mal estructurados. En ese contexto, la NOM-019 perfila un escenario de riesgo regulatorio acumulado, donde las prevenciones reiteradas y los dictámenes no favorables pueden escalar en consecuencias operativas y financieras sin necesidad de clausuras espectaculares.
Con esta convocatoria, ASEA envía una señal inequívoca al sector:
el cumplimiento normativo en gas natural ya no será reactivo, sino preventivo, estructurado y verificable. Las plantas que esperen a la inspección para “ordenar la casa” asumirán un riesgo innecesario en un entorno cada vez más técnico y menos tolerante a improvisaciones.
Ante este nuevo escenario, las empresas del sector gasífero necesitan algo más que interpretación normativa: requieren herramientas operativas que les permitan anticipar brechas, ordenar evidencias y prepararse antes de que llegue el inspector.
👉 RegulaOps, la plataforma de cumplimiento regulatorio operativo, permite a las empresas:
Identificar cómo les aplica la NOM-019-ASEA-2024 según su tipo de instalación.
Evaluar su nivel real de preparación antes de una inspección.
Detectar brechas técnicas y documentales por etapa (diseño, operación, mantenimiento).
Construir expedientes defendibles y alineados a criterios de evaluación de terceros.
En un entorno donde la regulación ya se mide en campo, la diferencia no está en conocer la norma, sino en operarla con control.
El cumplimiento improvisado se vuelve caro.
El cumplimiento estructurado se vuelve ventaja.
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